Por Mauricio Rodríguez.
La cantante Gabriela Morgare acaba de publicar el disco Amores nuevos, un homenaje al maestro Alberto Mastra. Su vínculo con la música y el tango en particular tiene un extenso recorrido que la ha llevado a cantar en diferentes lugares del mundo, desde Argentina hasta Egipto, de Cuba a Catar.
Gabriela Morgare nació en Montevideo. Siendo niña estudió canto en el Taller Uruguayo de Música Popular (TUMP) y luego siguió con la profesora Sara Dufau. Recorrió distintos géneros musicales, hasta que en 1998 decidió dedicarse “por entero” al tango y no lo abandonó más. “La música me acompaña desde siempre, vengo de una familia musical, de cantarolas en la sobremesa. Recuerdo escuchar a los nueve años a Mercedes Sosa en el disco Mujeres argentinas y soñar con ser cantora”, recuerda Morgare.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el escenario?
Tendría cuatro años la primera vez que subí a un escenario. Era una fiesta en Kibón de empleados de la fábrica Alpargatas, y a pesar de que era una niña muy tímida me solté de las manos de mis padres y me fui a cantar con la animadora de la fiesta. Mis primeros trabajos profesionales me cruzaron con Horacio di Yorio. Juntos interpretamos nuestros primeros tangos. Conocí a Hugo Rocca y participé en bandas como Clemente y la inercia y Labios gruesos, que hacían blues, funky y rock. Formamos el dúo Talismán y grabamos el álbum Espadas y rosas. Recuerdo que la canción de ese disco ‘Me vino a ver un hada’ fue cortina de la telenovela El año de Dragón, que emitió Canal 4.
¿Quiénes eran tus referentes musicales de esos tiempos?
Me encantaba descubrir la música uruguaya. Escuchaba de todo. Desde Eduardo Mateo, Fernando Cabrera y Eduardo Darnauchans hasta Laura Canoura o Jaime Roos. También estaba Silvio Rodríguez, que con sus cancioneros me invitaba a intentar tocar la guitarra. Luego, Mercedes Sosa, Ella Fitzgerald, Billie Holiday y Gal Costa me atraían en lo vocal e interpretativo.
¿Cómo te fuiste acercando al tango?
El tango siempre estuvo en mi familia, pero el día que comencé a cantarlo me sorprendió la intérprete que apareció. Descubrí una maravillosa herramienta para trasmitir emociones, porque el tango es poderoso.
Morgare fue luego solista del Cuarteto Ciudad Vieja, dirigido por Carlos Morales, y participó como invitada del primer trabajo discográfico del grupo Ríoplata. “Los tiempos del Cuarteto Ciudad Veja fueron una etapa de crecimiento, muy enriquecedores”, dice Morgare. “Fue muy enriquecedor cantar con Carlos Morales, Juan Rodríguez, Ana Apotheloz y José Planchón. Fue una propuesta innovadora por los
arreglos, las nuevas composiciones y, como cantora, fue la búsqueda de un estilo personal. Y la experiencia de participar en la grabación del primer disco de la agrupación”, agrega.
Cruzó fronteras en el año 2004, junto al grupo Montevideo Tango, representando a Uruguay en una gira por Oriente Medio que, entre otros lugares, pasó por Jordania, Líbano y Egipto.
¿Cómo viviste la experiencia de cantar en Oriente Medio?
Fue mi primera gira al exterior y fue hermoso representar la música de nuestro país, descubrir que el tango conmueve más allá de la barrera del idioma. Además de convivir con una cultura diferente. Fue una gran experiencia. Recuerdo cuando parábamos la prueba de sonido para que los sonidistas participaran de la hora del rezo.
También fue voz del grupo Fugata Tango, dirigido por Juan Schellemberg. Participó de los discos Sin tregua y Ácrata, editados por Perro Andaluz. En mayo de 2007 representaron a Uruguay en el Festival de Música Cubadisco, en la ciudad de La Habana, en Cuba. Al año siguiente realizaron varios conciertos en teatros de las ciudades de San Leopoldo, Pelotas, Río Grande, Santa María, Caxias do Sul y Porto Alegre.
¿Cómo viviste esa otra experiencia de cantar afuera, como los recitales en Cuba?
Estuvimos quince días participando de Cubadisco y dimos un concierto en la Plaza de Armas, en el marco de la llegada por primera vez a la Habana del buque escuela Capitán Miranda. Fue una gran experiencia porque compartimos grandes momentos con músicos cubanos muy jóvenes.
Más adelante, Morgare integró el elenco de la obra Nostalgeses, dirigida por Hugo Blandamuro, que fue ganadora del Florencio 2013 en la categoría Mejor Comedia Musical. En varias oportunidades ha sido acompañada por el maestro Julio Cobelli, además de Poly Rodríguez y por la Yunta Trío. En marzo de 2009 participó en la octava Cumbre Mundial del Tango, en Bariloche, y durante agosto, acompañada por las Criollas Guitarras, se presentó por primera vez –en la categoría Tango vivo de Uruguay– en el decimoprimer Festival y Mundial de Tango, en Buenos Aires.
Entre sus múltiples proyectos, Morgare participó de la grabación del álbum Tango vivo, acompañada por los guitarristas Gabriel Federico y Daniel Petruchelli. También compartió escenario con la intérprete argentina Lidia Borda, en sala Zitarrosa, en el marco de los festejos de la Semana de La Cumparsita 92 años. Ha integrado como solista, junto a Tabaré Leyton, Pablo Routin y Edú Lombardo la Orquesta típica del Río de la Plata, dirigida por el argentino Andrés Linetsky e integrada por varios prestigiosos músicos de Uruguay y Argentina como Pablo Agri y Fernando Suárez Paz. Con ellos se presentó en el Luna Park de Buenos Aires y en el Teatro Solís. En octubre de 2011 se presentó junto al grupo Tangovivo en el primer Festival de Música Latinoamericana de Doha, en Catar, junto a Rubén Rada, Pacho Amat, Jorge Ben Jor y Daniel Binelli, entre otros.
Has dado una gran cantidad de recitales, pero ¿hay alguno que recuerdes especialmente?
Creo que el “sueño de la piba tanguera” fue cuando canté en el Luna Park con Tabaré Leyton y La Orquesta Típica del Plata en julio de 2011. También el último concierto del 19 de mayo pasado en la sala Zitarrosa, presentando mi disco Amores nuevos. Todavía siento la emoción de aquella noche. Ser parte de Tangazo, junto a la Banda Sinfónica de Montevideo en el Teatro Solís también fue muy especial.
En 2013 editó el disco Estación tango, que se presentó en julio en el Teatro Principal de Caracas, en Venezuela. En Uruguay lo presentó en la Sala Faz Ferreira en el marco del Festival de Tango Vivo. El disco que nominado para los premios Graffiti 2014 en la categoría Mejor Álbum de Tango.
Luego Morgare representó a Uruguay en la Expo Milán, en octubre de 2015, junto a la pianista Mayra Hernández. En setiembre de 2016 realizó una gira europea junto al guitarrista Carlos Gómez presentándose en el World Music Festival de Copenhague y en escenarios de Suecia, Noruega, Italia y España. En julio de 2018, junto con Carlos Gómez, representó a Uruguay en el Festival Tango Markinat, en Senajoki , Finlandia. En octubre de ese año, junto a Mayra Hernández, volvió a Copenhague y se presentó en el Verdens Kultur Centre, en el marco de la Semana de la Cultura, con el apoyo del
Fondo Nacional de Música.
En 2022 editó el disco Amores nuevos, que resultó ganador del Premio Graffiti a Mejor Álbum de tango. Se dijo del disco: “Además de la fina interpretación vocal de Gabriela Morgare, este trabajo cuenta con arreglos y producción de Poly Rodríguez, y en él participaron guitarristas de la talla de Julio Cobelli, Guzmán Mendaro, Carlos Gómez y el propio Poly, así como los músicos Valentina Estol (flauta) y Sergio Astengo (bandoneón), además de la participación especial del actor Jorge Bolani (recitado). Si bien Mastra es un cantautor conocido en el medio tanguero, a nivel masivo no ha recibido tanta difusión, por lo que este disco tributo tiene un valor patrimonial, de rescate del acervo cultura local; una apropiación contemporánea que se tiende como un puente entre el arte del poeta de la Aguada y nuestra sensibilidad actual”.
¿Cómo es tu vínculo con tus propios discos?
Estación tango es el resumen de muchos años de trabajo y distintas formaciones. Todos los músicos que participaron son impresionantes. Amores nuevos se grabó en plena pandemia entre Montevideo y Dinamarca. Poly Rodríguez hizo un trabajo maravilloso y fue una enorme alegría la distinción del Premio Graffiti al Mejor Álbum de Tango.
¿Cómo surge la idea de hacerle este homenaje a Mastra?
Conocía a Alberto Mastra a través de canciones como ‘No la quiero más’ o ‘Miriñaque’, que son clásicos conocidos para los tangueros. Un día, un gran referente y amigo, Aníbal Oberlín, me regaló un disco en el que él cantaba ‘Un tango para Esthercita’ acompañado por Julio Cobelli. Me encantó y me generó la curiosidad de conocer más de su obra, entonces me compré un disco editado por Ayuí y me impactó escucharlo por primera vez: su voz, su guitarra, su interpretación, sus composiciones… Ahí me dije: “¡Qué poco lo conocemos!”, y así nació la idea de difundirlo en los toques en vivo y en el disco.