Por Eldys Baratute.
Del 26 de mayo al 8 de junio Montevideo será la sede la Feria del Libro Infantil y Juvenil. Una fiesta que bajo el eslogan “Todo el mundo rima”, invita a respetar la diversidad desde la lectura. Este año, la joven ilustradora y diseñadora Clara Failache resultó ser la ganadora del cartel que identifica al evento. Desde la revista Dossier nos acercamos a ella.
Eres graduada de diseño ¿En cierto punto no llegan a ser contrastantes el diseño y la ilustración, sobre todo a partir de las reglas y normas que rigen el diseño y «la libertad» que presupone el acto creativo de ilustrar?
- A mí me gusta pensar en el diseño y la ilustración como dos disciplinas que, si bien tienen diferencias, pueden dialogar y enriquecerse enormemente una de la otra. A primera vista, puede dar la impresión de que son contrastantes en cuanto a la libertad creativa, pero en realidad la función tanto de un ilustrador como de un diseñador es la comunicación visual. Muchas de las reglas que se aprenden en diseño pueden nutrir el trabajo de un ilustrador: teoría del color, composición e incluso la incorporación de tipografía. En mi trabajo me gusta aprovechar al máximo las posibilidades que ofrecen tanto la ilustración como el diseño gráfico, las herramientas que me da el diseño, usarlas en mis ilustraciones y viceversa.
¿Se considera Clara una ilustradora o una diseñadora?
- En este momento de mi vida me considero ambas cosas, porque ambas disciplinas ocupan mi día a día casi en partes iguales.
Si me fijo en algunas de tus imágenes vas menos a los detalles (expresión de los ojos, detalles corporales, incluso pequeños detalles del contexto) y te concentras más en el concepto, en la idea. ¿Te consideras una artista conceptual?
- No me considero exclusivamente una artista conceptual, no me gusta definirme porque creo que el estilo va variando y adaptándose a las necesidades que uno tiene en el momento. Por ejemplo, estos dibujos con menos detalle empezaron hace unos meses durante una búsqueda personal por descubrir composiciones que me interesaran. En ese proceso, empecé a salir a pintar al aire libre con un cuaderno muy pequeño y algunas témperas. El formato reducido del cuaderno me obligó a sintetizar los detalles, lo que resultó muy útil para concentrarme en los colores y la composición, que eran los aspectos que buscaba mejorar. Sin embargo, no me gusta encasillar mi estilo, sino que lo veo más como una fase. Me encanta explorar, y esa exploración es lo que hace que el estilo vaya evolucionando con el tiempo.
Hay una gama peculiar de colores en algunos de tus trabajos, colores fuertes, oscuros a veces. ¿Hay una intención detrás de eso?
- Los colores en mi trabajo los aplico de manera bastante emocional. Tengo períodos en los que me obsesiono con ciertos colores y me dedico a explorarlos, trabajándolos en distintas composiciones y paletas. Por ejemplo, ahora estoy en una etapa de obsesión con el azul: la mayoría de mis dibujos y pinturas lo incorporan. Experimento con diferentes tonalidades y medios (témpera, acuarela, lápiz, acrílico), exploro cómo dialoga con otros colores y observo qué me transmite emocionalmente. Me encanta este proceso de experimentación.
Ya habías participado otro año en el concurso de la CUL. ¿Por qué te resulta tentador un concurso como este?
- Este concurso me parece un espacio fantástico para conocer artistas locales. Es maravilloso que existan estas propuestas que dan visibilidad al trabajo de ganadores y finalistas. La verdad es que resulta muy motivador ver la reacción e interacción de la gente con el afiche, es hermoso lo que se genera.
Háblame del cartel de este año. Del reto de hacer una imagen que responda a un concepto tan plural como “Todo el mundo rima”.
- El cartel de este año comenzó como un pequeño dibujo de un gatito leyendo en el cuadernito del que hablaba antes. Fue un dibujo al que le tomé mucho cariño y quise adaptarlo para el afiche. Sabía que quería incorporar el eslogan de la feria de alguna manera simbólica en la ilustración, y así fue como surgieron los demás animalitos que acompañan al gato en su lectura. Así surgió esta pequeña comunidad de animales unidos por la lectura del libro «Todo el mundo rima».