Por Carlos Dopico.
Este 2024 se conmemora medio siglo del tercer y último disco de Sui Generis, un álbum con aires psicodélicos, potencia rockera y letras confrontativas, que debió amoldarse a las duras condiciones políticas de aquellos días y cantar para quienes atrasan los relojes: Pequeñas anécdotas sobre las instituciones. Luego de las ventas desorbitantes y la creciente popularidad de Sui Generis tras la publicación de Vida en 1972, con emblemas cancionísticos como “Canción para mi muerte”, y Confesiones de invierno en 1973, con un hitazo como “Rasguña las piedras”, Charly García y Nito Mestre se embarcaron un proyecto más ambicioso musicalmente y maduro en su contenido letrístico.
La influencia por aquellos días de bandas sinfónicas como Yes, Genesis o King Crimson, provocó que García adquiriera un piano eléctrico, y varios sintetizadores para embarcarse en una composición más elaborada. Fue tanta la complejidad de los nuevos arreglos que el dúo devino rápidamente en cuarteto con la incorporación en las bases de Juan Rodríguez en batería y Reinaldo Rafanelli en el bajo.
García había acumulado un buen puñado de temas que compartían un claro concepto común: la crítica a diversas instituciones de la sociedad. Por momentos con furia y por otros con sorna, hincaban el diente o se mofaban de convencionalismos y métodos de represión. Sin embargo, la muerte de Juan D. Perón radicalizó la confrontación y agudizó la violencia, tanto que el que iba a titularse Instituciones pasó a ser Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, cinco de las canciones debieron ser reescritas y parte del repertorio (“Botas Locas” y “Juan Represión”) directamente reemplazado. Charly y el resto de la banda coinciden en que lejos la mordacidad, las letras perdieron su halo panfletario en pro de una ironía caustica. Ejemplo de eso fue “Tango en Segunda” donde expresa: “Son cuatro casas sin ventanas / cuatro cadáveres que van /a renacer de entre los muertos / Las visiones del final”. Sin embargo, la recepción del público fue dispar y la disolución de Sui Géneris demoró poco tiempo en materializarse. Destacan canciones como: “Instituciones”, “Pequeñas delicias de la vida conyugal”, “El tuerto y los ciegos”, o “Para quién canto yo entonces”.