DOSSIER CRÍTICO / LITERATURA
Por Nelson Díaz
Beatles vs. Stones, de John McMillian
Flema británica
El 26 de julio de 1968 Mick Jagger decidió festejar su cumpleaños en el Vesubio Club, uno de los lugares más exclusivos de la movida londinense de entonces. Músicos, artistas, fotógrafos, hermosas modelos y groupies esperaban al líder de los Stones. Todo había sido calculado a la perfección. Sería la gran noche de Mick. El músico hizo su entrada triunfal con una copia del avance del nuevo álbum de los Stones –Beggars Banquet– que sería uno de los mejores de su vasta discografía. El discjockey puso una de las canciones y la gente, empujada por dos acordes de la guitarra de Richards, se lanzó a la pista. Media hora después ingresaba al local Paul McCartney con una copia del sencillo de los Beatles que contenía ‘Hey Jude’ y ‘Revolution’ que nadie, fuera del círculo íntimo del grupo, había escuchado todavía. Pidió al discjockey que pusiera el sencillo y rápidamente Mick quedó fuera de escena. La gente bailaba hipnotizada por los Beatles. El que recuerda la anécdota es Tony Barrow, por entonces agente de prensa de los chicos de Liverpool, y la recuerda como “un golpe promocional increíble”.
El hecho, incluido en el libro de McMillian, es uno de los tantos registros de rivalidad entre ambas bandas en los agitados y convulsionados años sesenta. A nivel musical y estético estaban bien diferenciadas. Los Beatles representaban, dentro del rock, el pop refinado, con atuendos prolijos y declaraciones en su mayoría equilibradas y amables –la mayoría de sus fans desconocía la etapa proto punk de los Cuatro Fabulosos en Hamburgo–; los Rolling, en cambio, eran los muchachos desaliñados, violentos –arriba y abajo del escenario– políticamente incorrectos, que desafiaban los últimos estertores represivos de la era victoriana. En realidad, y de eso da cuenta Beatles vs. Stones. La rivalidad más grande en la historia del rock, más allá de alguna declaración cruzada y golpes de marketing pergeñados por sus representantes y discográficas, tenían una buena relación.
John McMillian, a lo largo de decenas de recortes de prensa, documentos y declaraciones del entorno íntimo de ambos grupos, demuestra que hubo sintonía entre Paul, John, George y Ringo y sus compañeros de profesión, Mick, Keith, Bill, Brian y Charlie. De hecho, los Beatles en más de una oportunidad ayudaron a los Rolling como, por ejemplo, cuando Lennon y McCartney les cedieron el tema ‘I Wanna Be Your Man’, en momentos de sequía creativa, o cuando George Harrison le pidió a Dick Rowe, directivo de la discográfica Decca, que contratara a los Stones.
Más allá de peleas mediáticas, como suele suceder en el mundo del rock –por estos lares fue archipublicitada la rivalidad entre Soda Stereo y Los Redondos, que sólo existió entre los fans de las dos bandas– el libro de McMillian es un ejercicio notable de memorabilia de una época fermental de cambios sociales y musicales que marcarían (y siguen marcando) a toda una generación.
Beatles vs. Stones. La rivalidad más grande de la historia del rock, de John McMillian. Editorial Urano, 286 págs., 2014. Distribuye Urano.
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