El consentimiento (editorial Lumen) es un estremecedor relato real de Vanessa Springora, víctima del reconocido escritor pedófilo Gabriel Matzneff.
Vanessa Springora (Paris, 1972) tenía 14 años cuando conoció a Gabriel Matzneff (Altos del Sena, 1936), treinta y seis años mayor que ella, y ya convertido en un afamado y mediático escritor de las letras francesas. La adolescencia de la muchacha no había sido fácil. De padre ausente, buscó en este hombre el sustituto a la figura paterna que la había abandonado. Matzneff se valió de esa necesidad para seducirla. Es cierto que en un ejercicio de honestidad brutal, Springora afirma en el libro –y en varias oportunidades– que fue con su consentimiento. De ahí, entonces, el título de estas memorias.
Pero el punto es otro. Matzneff se valió de su posición de poder frente a una adolescente vulnerable que lo admiraba, para manipularla a su antojo.
Springora narra su experiencia de forma lúcida y desgarradora y pone sobre el tapete cómo se puede barrer debajo de la alfombra (o mirar para el costado) cuando el pedófilo es un hombre público, sea un político, un exitoso empresario, un músico o, como en este caso, un celebrado intelectual. El libro reflexiona además sobre la edad a partir de la cual se puede consentir una relación sexual. “Si uno es vulnerable”, escribe Springora, “se puede ver forzado a consentir. La persona que tiene que consentir tiene que estar en igualdad con el otro”.
Consciente de que el ejemplo de Nabokov y su Lolita podría servir de atenuante a Matzneff, la autora afirma de forma categórica: “No se los puede comparar en absoluto. Nabokov era un novelista extraordinario que mostró por primera vez en la literatura a un pedófilo. Es importante que estos personajes se puedan ver para poder comprender. Nabokov condena la figura del pedófilo, no fue condescendiente con él”.
En cambio, a sus 84 años, Matzneff nunca se arrepintió de sus actos.