Por Diego Faraone
El viajante
Al comienzo de El viajante, Emad y Rana todavía mantienen una buena relación. Acaban de mudarse a un nuevo apartamento que les facilitó un compañero de la compañía de teatro de la que son miembros, pero la mudanza ha sido tan repentina que aún están allí las pertenencias de la inquilina anterior, quien al parecer era prostituta. Una noche, Rana está duchándose, poco antes de que llegue su marido, y deja abierta la puerta del departamento antes de volver al baño. Un intruso entra y ella sufre una agresión violenta, que le deja alguna secuela física y unas cuantas psicológicas. Aunque el marido procura acompañarla y ayudarla, nada vuelve a ser igual. Sutilmente, la película va demostrando cómo esta situación se convierte en un punto de no retorno, a partir del cual la relación se deteriora progresivamente. Qué sucedió exactamente en ese baño es una incógnita que se mantiene y pesa como pocas cosas en el orgullo de Emad. Ante el mutismo y la negativa de su mujer de hacer la denuncia se decide a investigar para dar con el culpable y hacer justicia por mano propia.
Farhadi es un maestro a la hora de generar tensión, y la narrativa es llevada hasta un suspenso extremo, cuando la investigación a la que se aboca lo encauza por fin con el posible responsable. Así, la última media hora de El viajante es de un incómodo, intenso y casi insoportable dramatismo.
La opresión gubernamental y su fundamentalismo religioso están tangencialmente presentes; se refiere a una situación facilitada por el patriarcado, por el orgullo machista vulnerado, por el destrato hacia las mujeres. Si se observa con cuidado, la problemática planteada no es, en definitiva, algo exclusivo a la idiosincrasia iraní. Una situación similar podría generarse en cualquier parte del mundo, y la reacción de los personajes involucrados podría ocurrir del mismo modo en nuestro barrio. De ahí la puntería y la pertinencia de esta película, con su brutal universalidad.
The Salesman.
Director: Asghar Farhadi.
Guion: Asghar Farhadi.
Elenco: Taraneh Alidoosti, Shahab Hosseini, Mina Sadati, Babak Karimi.
Duración: 124 minutos.
País: Irán, Francia.
Año: 2016.
¡Huye!
Racismo con buenas formas
El protagonista de esta película, Chris, atraviesa una situación bastante incómoda. Hace cuatro meses que está saliendo con Rose, y ya es hora de conocer a su familia, blancos de buen pasar que viven en un apartado suburbio de casas grandes y amplios jardines. Ella ya le dijo que es el primer novio negro que tiene, un detalle que sus padres aún desconocen. Los temores de Chris están justificados. En el camino al barrio, un policía le pide los documentos, y apenas llegan surge otra circunstancia inesperada y desafortunada: más allegados a la familia, perfectamente blancos, llegarán pronto para celebrar un gran encuentro, por lo que su incomodidad se potencia. En la cercanía también hay otras personas negras: el jardinero, la limpiadora y un hombre “de compañía” de una señora mucho mayor.
La primera mitad de la película es simplemente brillante. Es probable que el director, Jordan Peele, haya volcado algunas de sus experiencias personales para ilustrar la situación. Se muestran los intentos de Chris de ser aceptado –o, más bien, de pasar desapercibido– entre un gentío de petulantes hombres blancos y ricos. Detrás de las buenas formas, de las preguntas supuestamente inocentes que le hacen, de las sonrisas, del trato acentuadamente amable, se percibe cierta incomodidad, pensamientos insidiosos, prejuicios imposibles de indisimular. Las brechas sociales, los roles ancestrales y el impostado progresismo hacen evidentes los cortocircuitos ocurridos en la mente de cada interlocutor de Chris.
Luego de giros de guion, la película transforma radicalmente su registro durante la segunda mitad, hasta convertirse en un thriller notablemente orquestado, con mucho suspenso y escenas de acción cortas pero intensas. Si bien la historia podía ser leída hasta aquí como una notable y afilada denuncia social, la segunda parte se presta más para la interpretación metafórica. La película refiere a los peligros de la negritud como una moda y a las complicaciones de la etiqueta de la corrección política; se expone a una elite progresista que, detrás de su apariencia caritativa y de mente abierta, esconde y perpetúa un vínculo esclavista. El racismo se encuentra enquistado profundamente, pareciera decir Peele, y, más allá de los lavados de cara recientes, en Estados Unidos (y en el mundo) la exclusión y las diferencias en el trato y en las oportunidades entre blancos y negros continúa siendo una realidad innegable.
Get Out.
Director: Jordan Peele.
Guion: Jordan Peele.
Elenco: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Bradley Whitford, Katherine Keener.
Duración: 104 minutos.
País: Estados Unidos.
Año: 2017.