Diamante brillando.
Por Florencio Vega Vilches.
La Plaza de Toros del Real de San Carlos fue el atractivo más importante del complejo turístico creado a principios del siglo XX por el empresario naviero argentino Nicolás Mihanovich. Su construcción, que comenzó en 1908 y finalizó en apenas seis meses, es tributaria del típico estilo morisco de las arenas taurinas españolas.
El complejo del empresario, de origen austrohúngaro, fue un proyecto muy adelantado a su tiempo. Recostado sobre las finas arenas del norte de la bahía que une Colonia del Sacramento con el Real de San Carlos, incluía además un frontón euskaro de pelota (el más grande de América del Sur en la actualidad), una usina eléctrica y un hotel, hoy reconvertido en universidad.
El 9 de enero de ese año se realizó la primera corrida con participación de los toreros hispanos Ricardo Torres (Bombita), Miguel Torres (Bombita Chico) y el rejoneador Mogador de Cobas. Los toros también se trajeron de la península ibérica.
El público, mayoritariamente argentino, llegó al muelle especialmente construido en la zona y fue llevado a la plaza en un tren que recorría la actual avenida Mihanovich.
Antes de su prohibición, por decreto del gobierno uruguayo que presidía entonces José Batlle y Ordoñez, se realizaron 32 corridas oficiales (ocho temporadas). La última se llevó a cabo el 27 de marzo de 1910. Cuentan las leyendas que igualmente las lidias se siguieron realizando, hasta la prohibición definitiva en 1912. También cuentan que allí cantó Carlos Gardel.
Su ruedo, de cincuenta metros de diámetro, está cercado por dos series de gradas, una fila de palcos y una galería de diecinueve metros de ancho, donde se encontraban la capilla con la Virgen del Carmen, las salas de juego y el restaurante.
Todo esto descansa sobre un gran armazón de hierro traído desde Alemania y ensamblado en Colonia, con características similares a la de las estaciones ferroviarias inglesas. Los bloques de hormigón utilizados se fabricaron con material de la zona vecina llamada La Arenisca.
La entrada principal conducía directo al palco oficial, debajo del cual se ubicaba la banda. La entrada opuesta era el acceso de los toros.
Con la prohibición cayó lenta y paulatinamente primero en desuso y, luego, en un progresivo deterioro hasta su clausura al público por peligro de derrumbe.
En 2018, la Intendencia de Colonia comenzó un proceso de recuperación del inmueble que llevó tres años y culminó con la presentación de las obras que le dieron nueva vida y bríos al “coloso” del Real de San Carlos, cumpliendo un viejo anhelo de los colonienses.
En diciembre de 2021 se presentó la nueva “cara” de la plaza, que permite realizar eventos con capacidad para 4.200 personas. Ya se han llevado a cabo varios espectáculos de reconocidas figuras internacionales en su ruedo. El edificio, que contiene un museo taurino, un espacio promocional de vinos de Colonia en su interior y ofrece paseos guiados de miércoles a domingos en diferentes horarios, ha recibido más de setenta mil visitantes a lo largo de 2022.
La vieja arena taurina, soñada y cristalizada por Mihanovich, hoy es un moderno anfiteatro, diamante que brilla, luce y enriquece las propuestas turísticas de Colonia del Sacramento, con el Barrio Histórico (Patrimonio de la Humanidad) como “socio”, cada uno abriendo las puertas al visitante de la ciudadela fundada en 1680 por el portugués Manuel Lobo.