Por Eldys Baratute.

Max amable es hermoso. Un libro publicado por Mercedes Lafourcade y Nino Fernández, en la editorial Basilia, con el noble propósito de acercar la lectura a los niños disléxicos. Pero como pasa con la buena literatura, la historia trasciende grupos, edades, géneros, movimientos sociales, y un libro, ese libro, termina enamorando a los públicos, a todos.
Max quiere ser amable, o mejor, Max es amable, pero esa amabilidad no se traduce en palabras porque además de amable es sincero. y prefiere decir lo que ve, lo que siente. O quizás no y, cuando salen de su boca, las palabras toman vida y se van transformando. Y encantado se transforma en enroscado, encandilado, enamorado. Max no es solo Max, sino las palabras que salen de su boca, los sonidos que pronuncia, los rulos de su cabeza. Hay mucha música en este texto, una musicalidad que lleva a confundirlo con un poema.
Con diálogos sin molestas acotaciones, frases cortas y la sencillez de la metáfora precisa Mercedes Lafourcade nos acerca a la historia de un niño que se siente distinto y sufre por eso. Otra vez la particularidad provoca dolor en el infante. Pero en esta ocasión lo diferente no se manifiesta en su fenotipo, en su estilo de vida, en su forma de mirar al mundo, sino en la manera en la que ese niño trata a los demás. Una forma muy peculiar de tratar la diferencia, al diferente, en la literatura que se escribe para niños, adolescentes y jóvenes. Hay bondad en Max y hay bondad en la forma en la que Mercedes Lafourcade lo acerca a los lectores a través de las palabras amigables.

Hace muy poco la autora me comentaba.
(…) Cuando escribo priorizo estas palabras y evito las que son difíciles de leer. Es un trabajo arduo que implica generar una historia interesante o divertida con recursos léxicos limitados. Lo hago a través del libro álbum, que es un género literario donde la imagen es muy relevante porque complementa la narrativa y ofrece una experiencia de lectura profunda. Entonces, lo que distingue a mis libros es que en la redacción utilizo un alto porcentaje de palabras accesibles y estructuras gramaticales simples… (…)
El final sorprende, enamora. Como en otros títulos de esta misma autora, el encuentro, la cercanía del otro salva una situación dramática. ¿Amistad? ¿Amor? No importa. En este libo no hacen falta las etiquetas, nos está susurrando la autora desde que se abre la primera página.
Y aunque la historia tiene un peso por sí misma, las imágenes de Nino Fernández ofrecen vitalidad y energía. Los colores vivos, la alegría que se refleja en los ojos, los rulos de Max que parece que se mueven, la simpatía de los rostros, los ambientes que no parece que están en un segundo plano, sino que conviven en el primero, con los personajes, mantienen al lector pendiente de cada detalle, como si la lectura no dependiera solo de los caracteres, sino también de los colores.
Definitivamente, es este un libro hermoso. Imagino que igual de cautivado quedó el jurado de la Fundación Cuatro Gatos al dejarlo entre los cien libros recomendados del año 2022. Encontrar un libro hermoso siempre es motivo de alegría, y si nace para una causa noble entonces la alegría se multiplica. Ojalá Max siga su viaje y su nobleza de extienda a los niños disléxicos y al resto de los lectores que lo disfrutan.
