Por Carlos Dopico.
Los últimos meses de 2021 trajeron consigo finalmente el álbum debut de Niña Lobo, la banda indie pop uruguaya, conformada por cinco jóvenes músicas, que irrumpió dos años atrás y sorprendió con un par de EP –que recibieron la distinción del Graffiti a mejor artista nuevo y mejor EP–.
La carrera de Niña Lobo ha sido inusualmente vertiginosa y el recibimiento de sus pares, incluso los más consagrados, ha estado plagado de gentilezas: desde el padrinazgo de Ernesto Tabárez y el madrinazgo de Florencia Núñez, hasta los convites para abrir los espectáculos de la banda argentina Él mató un Policía Motorizado, o de NTVG, nada menos que en el estadio Centenario.
En medio del desafío de ser parte de la grilla en streaming del Pilsen Rock o la versión televisiva del Montevideo Rock, Niña Lobo comenzó a componer compulsivamente sobre el momento que la humanidad estaba atravesando para ilustrar un estado anímico interno. De hecho, descartaron las canciones que inicialmente habían gestado para hacer lugar a lo nuevo: una cantera de canciones introspectivas que respiran a través de distintos personajes: Jaime R., Hilary D., Hannah M., Natalie P. El concepto autoimpuesto fue “vivir a través de los ojos de otros y de personajes que le dan sentido narrativo a cosas tan ilógicas como el desamor”.
“Lo que duró la vida de alguien”, su primer larga duración, contiene trece temas, sencillamente arreglados para dar aire a historias mínimas, dramas posadolescentes con guiños de comedia romántica. Destaca ‘Dentro’, el más frenético de los temas y uno de los cortes de difusión.
El disco fue producido por Guillermo Berta, grabado en Pelo Loco y editado de forma independiente. Está disponible en las distintas plataformas.