
El pasado sábado 26 de abril, La Burbuja volvió a abrir sus puertas al público con esa mezcla única de arte, naturaleza y encuentro que ya se ha convertido en su sello. Fue la quinta edición del Open Studio, y El Pinar se volvió a llenar de visitantes que llegaron con ganas de mirar, escuchar, conversar y dejarse llevar.
El bosque, como siempre, estuvo ahí: abrazando al taller, filtrando la luz entre los árboles, sumándose sin pedir permiso al ritmo del día. Porque si algo logra esta propuesta es que todo, obras, sonidos, cuerpos que recorren el lugar, parezca conectado por un mismo hilo invisible.




















El corazón del encuentro fue, una vez más, el taller del artista Álvaro Bustelo. Él, junto a Andrea Bustelo, Pablo Bielli, Pedro Dalton y Simona Bustelo, siempre a cargo de la gestión musical y que en esta edición participó en la gestión cultural del espacio, forma el núcleo de esta iniciativa que nació en 2023 como un experimento entre amigos. Hoy, sin perder esa frescura inicial, La Burbuja se ha transformado en una plataforma viva para el arte contemporáneo, donde lo espontáneo convive con lo cuidado, y donde siempre hay lugar para algo nuevo.









A ellos se sumaron en esta edición Analía Sandleris, Felipe Maqueira, Gustavo Genta, Nora Kimelman, Daniel Cardozo, Roberto Cetrángolo y Guillermo Zabaleta. Cada artista encontró su rincón dentro del entorno, generando un recorrido íntimo y diverso, donde las obras dialogaban con la arquitectura del lugar y con el paisaje, como si siempre hubieran estado ahí.















La música en vivo llegó de la mano de Sebastián Ulivi, que tejió con delicadeza una banda sonora hecha a medida del lugar y el momento. Una selección perfecta para acompañar los movimientos lentos, las charlas en voz baja y las miradas atentas.



Y para un fresco atardecer otoñal, el abrazo gastronómico tuvo forma de sopa. Variadas, humeantes, servidas al aire libre. Una propuesta sencilla y cálida, celebrada entre cucharas y risas. Porque sí, el arte puede ser muchas cosas, pero también puede ser eso: compartir una rica sopa junto a una hoguera.



La Burbuja sigue creciendo. Pero no se apura. No necesita gritar. Se sostiene en lo que construye: un espacio real, abierto, lleno de encuentros que no se olvidan fácil y que invitan a volver… o a sumarse por primera vez.
La Burbuja Open Studio – El Pinar | IG/ laburbuja_openstudio
Imágenes y texto: Mario Cattivelli @illev_uy