Por Daniel Tomasini
Video por Celeste Carnevale
Los otros rostros del Perú. Colección de máscaras latinoamericanas de Claudio Rama es una exposición extremadamente atractiva que se desarrolló en el MAPI.
Esta muestra se inscribe en un relato antropológico y étnico con un valor agregado artístico que define el acto cultural que le da origen, desde una voluntad de creación netamente popular en tanto inscritas en una tradición. Desde este lugar, las máscaras adquieren un significado particular, en el que la forma plástica deriva de sus contenidos, es decir, de los conceptos que la tradición quiere transmitir. Como todas las realizaciones populares, enraizadas en ritos y costumbres, las formas artísticas de las máscaras parten de postulados que no podemos calificar de estéticos en el sentido del término de origen en la cultura filosófico-académica occidental. Sin embargo, poseen contenidos artísticos de alta calidad, producto de un genuino deseo de expresión directamente relacionado con los mitos que le dan razón de ser y que incluyen festividades de todo género, tamizadas por el sincretismo propio de culturas multiétnicas.
Originadas en las danzas colectivas del Perú precolombino, estas celebraciones en las que el público y los danzantes formaban una unidad, están cargadas de un profundo simbolismo religioso, entendido desde la mirada trascendente y mítica de los pueblos primitivos. Este acontecimiento de fusión social permitía la pérdida de identidad provisoria de los participantes, quienes se apropiaban de la identidad de otras fuerzas divididas entre el bien y el mal, simbolizadas en las máscaras, y “performaban” en un sentido genuino –para utilizar un término artístico actual– una suerte de conjuro hacia las caprichosas e incomprendidas situaciones negativas de la vida al mismo tiempo que ejecutaban burlescos y satíricos rituales para los detentadores del poder. Recordemos que en tiempos aun anteriores los fundadores de las culturas precolombinas efectuaban sacrificios sangrientos a los dioses de las cosechas y de la lluvia para aplacar sus furores. En esta exposición se encuentran productos genuinos que han sido utilizados en estas ceremonias populares que recogen una historia de colonialismo español, de esclavismo y de las culturas agrícolas autóctonas, cuya clave humorística también formaba parte de su iconografía. El arte popular extrae desde sus mismas raíces sincréticas un programa de interpretación sociológica y psicológica desde estas creaciones, lo que las califica de productos verdaderamente artísticos y no meramente artesanales, cuyo valor formal responde a un contenido. Vale señalar el extraordinario carácter sintético de las expresiones logradas, así como la refinada decoración en pinturas o en textiles que otorgan a esta serie una calidad excepcional y que demuestran el verdadero espíritu creativo y, por ende, artístico de sus realizadores. La serie de los muñecos replica esta original visión y califica esta exposición desde el punto de vista del producto de forma integral, es decir antropológico-artístico, en el que el arte está integrado y adquiere su profundo valor –y poder –desde lo social.