Sobre los muros del antiguo vestíbulo de lo que fuera un hotel, a finales del 1800, se exhiben las obras de Elaiza Pozzi. Piezas de gran formato que invitan e incitan al observador a sumergirse en ellas, permitiendo que las sensaciones, como la naturaleza que presentan, afloren.
Ese conjunto de descascarados muros, fuertes columnas y delicados, aunque raidos, acabados son el marco ideal para acompañar e interactuar con la muestra, generan una suerte de simbiosis entre el espacio y las obras, potenciando su relato.
Virginia Patrone, curadora de la muestra, se refiere en su texto “El escenario de la pinturas de Elaiza Pozzi es el paisaje del área protegida de la Laguna Garzón de cuya naturaleza se apropia a través de la observación y la fotografía, a lo largo de dos décadas. En ese ambiente entre la mística y la ciencia ficción, donde la artista nos presenta las posibles emociones contenidas en el paisaje, la conciencia del todo manifestada calladamente. Las piedras son sombras errantes en el paisaje, testigos de lo anterior, del tiempo, de la historia mineral, geológica, planetaria, estrechamente ligada a la vida humana. Hay un recordatorio del todo, de que al mundo lo vemos según lo creamos, de que a partir del desarrollo actual de la tecnología, posiblemente, ahora es de otra naturaleza.
De Otra Naturaleza – Elaiza Pozzi – @tanapozzi | Espacio Universal, Piedras 544 | Hasta el 17 de agosto de 12 a 18 horas
Galería de imágenes: Mario Cattivelli – @illev_uy