Las “Soñadoras” de Inés Olmedo
Texto por Guadalupe Vendemia
Video y foto por Celeste Carnevale
El pasado Lunes 20 de Marzo, la artista visual, directora creativa y docente Inés Olmedo presentó en sociedad a sus “Soñadoras”; damas que habitan en su nuevo libro para colorear. El Museo Zorrilla funcionó como espacio para realizar este ejemplar vernissage donde los presentes no acudían a ser, meramente, espectadores, sino que se les invitaba a participar del proceso creativo.
Para la artista uruguaya, este desarrollo estético implica una suerte de simbiosis. Existe un vaivén mediante el cual Olmedo crea por una necesidad personal y lo comparte porque la yuxtaposición de ideas la deleita. Es decir, la artista visual es madre de unas soñadoras que dejan el nido para emprender un viaje donde se verán reencarnadas de diversas formas y estarán a la merced de la imaginación e ingenio de sus respectivos aliados.
En las páginas preliminares de su libro expresa; “Dibujar pensando en quien va a completar estas obras tiene un encanto especial, porque en cada trazo y espacio que se genera, imagino otros trazos y colores, que vendrán a darles una vida nueva. Las soñadoras se entregan felices a que otras manos jueguen con los colores y las hagan nacer en cada espacio en blanco un universo nuevo, colorido, personal. Sueño con estas posibilidades cuando dibujo, como si fuera acompañada por estas creativas presencias que no conozco, pero con quienes he conversado mientras dibujaba”.
Sin duda alguna, formar parte de esta actividad artística que incorpora el goce colectivo y que, además, atañe a lo más inherente y creativo del ser humano no tiene desperdicio.
¿Por qué el título “Soñadoras”? ¿Hace referencia a un público en especial o, más bien, retoma el contenido del libro?
No, más bien retoma las a las protagonistas de las ilustraciones. En realidad, yo había hecho en el 2008, por ahí, una serie de pinturas que eran sobre soñadoras y, cuando empecé con la idea de este libro, lo retomé. La idea del libro también es, porque yo lo necesitaba, generar unas ilustraciones que me dieran un poco de paz. Lo hice en medio de otras miles de actividades; lo dibujé entre Montevideo, Maldonado y hasta lo terminé en Cuba. Entonces, era también el ensueño para mí; es un espacio de cierta libertad, de belleza y de concentración, era un poco la tónica de las ilustraciones ese ensueño. Entonces, en realidad, sí se refiere a esas protagonistas femeninas, digamos, que están en jardines o en lugares como apacibles en medio de un viaje que no vemos pero que, a veces, en la ilustración aparece.
¿De cierto modo, un objetivo latente pudo haber sido el romper con el estigma del libro de colorear como algo meramente infantil?
Bueno, sí, en la realidad yo siempre desprecié mucho de niña los libros de colorear; eso de meterte a colorear dentro de las formas que había hecho otro, porque bueno, siempre dibujé mucho. Un poco así de casualidad descubrí el tema de los libros estos para adultos y yo misma coloreé, pero es un viaje que está muy bueno y que es necesario. Entonces, sí, romper, digamos, con ese asunto de que solo los niños pueden colorear porque lo que hace el coloreo es que te conecta con una parte creativa pero a la vez no te presiona a la obra. No es que vos tengas que crear una obra desde cero, sino que de alguna forma conversas con el que dibujó. Es un proceso bien interesante.
¿El hecho de crear dibujos que serán, eventualmente, completados por otros individuos se relaciona en cierta forma con su rol como docente? ¿Es decir con los conceptos de guía, compañía y aprendizaje?
¡Mirá qué interesante, no lo había pensado! Yo había pensado más bien, como artista, que siempre uno lo que aspira es a que el otro, el espectador, lo complete de alguna forma no física pero que, bueno, es el que termina dándole como el sentido. O sea, hay una acción, ese espacio no diría de interpretación pero más bien de creación que uno deja abierto; no es que decís todo, no es que mostrás todo, sino que sugerís para que el otro, a su vez, pueda crear. Y en ese sentido lo de completar me interesa mucho como proceso artístico, pero bueno, tal vez sea, sí, también mi parte docente que está ahí, que sale.
¿De qué modo cree usted que las personas recibirán este libro y, por otro lado, cómo le gustaría que lo hagan?
Bueno, hasta ahora, en realidad, lo hemos presentado en el verano en Punta del Este, en Maldonado, en La Pedrera y fue muy lindo. Recibo todo el tiempo en Whatsapp o en Facebook “Soñadoras” coloreadas por distintas personas. Es super bonito ver, cuando de repente es el mismo dibujo, que versiones tan distintas pueden hacer dos personas. Entonces, para mí, ya ha sido un camino muy gratificante y bueno, espero que siga, que se siga abriendo más gente pero ha sido una muy linda experiencia, también humana. Y eso de recibir las fotografías; “Mira lo que pintó mi nieta” o “Mirá lo que estuvimos haciendo con esta amiga”, es como una devolución preciosa; cierra el ciclo.