Por Eldys Baratute.


Acabo de leer re/encuentro/s, selección de poemas de Lilián Toledo, antología personal de una obra ya no breve, que realizada por Liliám Silvera, ve la luz gracias a ediciones Astromulo, del colectivo de Sancocho, en su colección Camino sinuoso. Pareciera que su autora y yo poco tenemos que ver, salvo el hecho de ser personas, Homo sapiens, humanos de hoy, sobrevivientes. Y sin embargo, muchos de los textos de Lilián me “sacan de contexto”, de su contexto, y al transitar los caminos de sus versos, que se me figuran los de su vida, me extravío, me desvío más bien, en cualquier bifurcación, hacia lo que ha sido y es mi propia existencia, hechos, (des)encuentros, aspiraciones, dudas, tropiezos, ideas, ¿cómo puede ser?
Es el sortilegio de la poesía, cuando es poesía, cuando su honestidad, su espontaneidad, permite que el lector aparentemente más ajeno pueda apropiársela, verse en ella, vivirla. Los versos aquí reunidos, provienen de varios libros, pero fueron escritos, al menos publicados, cuando la autora contaba ya una amplia experiencia de vida, ¿curada de todos los espantos? Llega a sorprender el desprejuicio, la sinceridad con que se presenta a sí misma, y quizás ahí está el quid, lo que nos lleva, por asociación o impulso, a mirarnos, reflexionar sobre la propia existencia, nuestro entorno, nuestras relaciones personales, las oportunidades desperdiciadas, el modo tantas veces errado en que nos ven, en que nos vemos, y pese a ello, cerrar el día celebrando “haberme permitido /amar / errar /escribir /andar /putear /reír / doler /morder /estar aquí /estar viva”.
Quien no sepa que estos poemas provienen de diversos conjuntos, los tomaría por un libro pensado tal cual, quizá porque, a la postre, nuestras principales inquietudes nos acompañan durante toda la existencia, y aunque los años cambian los matices, la iluminación, hasta las formas a veces, la esencia perdura, soy quien soy a los veinte o a los noventa, y si he sabido vivir (vaya cosa difícil de aquilatar), veré un poco más claro con cada etapa vencida.
Estos re/encuentro/s de Lilián Toledo muestran el afán de es rencontrarse con uno mismo y con los otros, con el pasado y el presente, con nuestra historia personal y social, con mi país en un cartel de se alquila o los cartones que arropan a quien duerme en las calles, y con mi casa, tras cuya ventana observo ese país.
No pudo asegurar si, como se propuso la antologadora, los textos escogidos se resignifican al estar juntos, pero sí poseen, ofrecen, un significado trascendente, por separado y en conjunto, y que a quienquiera que no conozca la totalidad de la obra de Lilián Toledo le incentivarán a buscar sus libros, leerlos, a conocerla mejor, y elegir, quizás, otros poemas, realizar su propia selección, aunque estoy convencido de que muchos de los textos aquí reunidos estarían en la mía.