Por Eldys Baratute.
Montevideo está de carnaval. Otra vez de carnaval. Y el carnaval es música y movimiento de caderas y repiqueteo de tambores, y coros agudos y graves. Carnaval es ropa de colores, entusiasmo, abrazos, encuentros. Carnaval es cine, es teatro, es pintura, es poesía. Y, este año, también es narración oral.
No podía faltar la narración oral, una de las manifestaciones del arte que más espacios domina en la ciudad. Encuentros, talleres y contadas aparecen mes tras mes para alegrar el día de niños y adultos, para servir como puente entre el libro y los públicos. Cuentos y poemas que hacen que esos que escuchan se imaginen viviendo otra vida, una vida que puede ser contada por mujeres y hombres que tienen el don de la palabra y el dominio de la escena. No importa si la escena es un teatro, una escuela o una plaza pública. No importa si los acompaña una guitarra o simplemente su voz, su gestualidad, su facilidad de conectar y emocionar.
Y serán los narradores orales los protagonistas de la contada que se realizará el 5 de febrero en el Museo del Carnaval. Una vez más se suman a las actividades que seducen a los turistas que llegan al puerto desde los cruceros. Y de forma peculiar algunos de los creadores de Argentina que llegan en uno de sus barcos se unirán a la contada.
Una vez más se unen Argentina y Uruguay. Una vez más se unen creadores de ambos países para dejar que la palabra cautive. Niré Collazo, Mariela Fodde, Claudio Ledesma, Raúl Cuevas, Graciela Chamsarian, Lily Bassi y otros narradores orales, juntarán sus voces, justo a las 12 del mediodía del próximo 5 de febrero, para que las historias desanden, vuelen por las paredes de Museo del Carnaval, salgan a las calles y sean escuchadas una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. Historias que permanecen en el imaginario popular gracias a esos que la mantienen vivas, y se suman al coro de voces, colores, movimientos y abrazos, que nos deja del Carnaval.