A partir del conjunto de piezas etnográficas y arqueológicas que custodia el MAPI desde 2011 y que forman parte de la colección del matrimonio formado por Augusto Torres (segundo hijo de Joaquín Torres García) y Manolita Piña, se realiza esta exposición que nos provoca disfrutar y analizar las obras de arte desde su sincronicidad en distintas épocas y manifestaciones culturales, con la producción de cuatro artistas contemporáneos que de un modo u otro tuvieron y tienen una estrecha relación con el movimiento constructivista torregarciano.
Se trata de los posibles diálogos que puedan existir entre la obra de Nino Fernández (1970), Marcelo Larrosa, Federico Méndez y Gustavo Serra.
Nino Fernández es artista plástico, docente de diseño gráfico nacido en Caracas, Venezuela, es uruguayo natural. Licenciado en Artes Plásticas por la Universidad de la República, cuando vivió en Nueva York entre 2001 y 2003 estudió, al igual que Marcelo Larrosa (1971), con Julio Alpuy, discípulo de Torres García.
Federico Méndez (1978), fundador del taller La Piedra, ha integrado distintos equipos curatoriales de exposiciones para el Taller Torres García. En 2014 funda el Taller de Pintura al Fresco en el Museo Torres García que dirige desde entonces. En 2015 integra el proyecto de la Fundación Torres García de reconstrucción de los murales del maestro destruidos en el incendio del Museo de Río de Janeiro en 1978.
Gustavo Serra (1966) comenzó sus estudios con Day Man Antúnez y luego con Augusto Torres, Francisco Matto, Julio Alpuy y Gonzalo Fonseca.
Esta exposición, que se realizó bajo la curaduría de María Eugenia Méndez y forma parte de las actividades conmemorativas de los 150 años del nacimiento de Joaquín Torres García, también permite ingresar al espíritu coleccionista del matrimonio Torres-Andrada que comienza con las primeras adquisiciones de Augusto Torres cuando, siendo muy joven, trabajó como dibujante en el Museo del Hombre en París. Esta pasión siguió luego de su casamiento con Elsa Andrade en 1951 y ambos realizaron diferentes viajes donde adquirieron objetos de arte, textiles, bordados, collares y que fueron parte de la decoración de su hogar, ya que en diferentes fotografías aparecen expuestos formando parte del paisaje cotidiano, junto a obras del maestro Torres García.
La exposición, que continúa hasta abril de 2025, es recomendable para grandes y chicos, y seguramente disfrutable para todas las generaciones ya que tiene un aspecto pedagógico que no se debe dejar de lado: el hecho de poder trazar una línea de sincronicidad entre un movimiento que siguió produciendo obra a partir de sus discípulos y ver, en el transcurso del tiempo, cuál ha sido el resultado o la influencia en la producción de artistas contemporáneos.
Diálogos. MAPI (Museo de Arte Precolombino e Indígena). 25 de Mayo 279.