Por Pablo Trochón.
La autodenominada capital mundial del yoga, puerta de los Himalayas, es un bullicio de posibilidades entre los cientos de escuelas de yoga, las vacas que deambulan con tranquilidad entre la multitud, las hash houses, los centros de medicina o comida ayurvédica, los neohippies y los hippies chic, y los pintorescos sadhus –ascetas que se dedican a la meditación, al estudio de textos sagrados y a la mendicidad para subsistir–.
Ashram. Son sitios de retiro y constituyen uno de los principales atractivos para los visitantes. Entre lo impostado y el auténtico sentimiento de comunión con el cosmos, los turistas pasan algunos días en convivencia con maestros hinduistas para compartir clases de meditación y terapias orientales. Funcionan como un monasterio, hospedaje y escuela, y el más famoso es el que los integrantes de The Beatles eligieron para pasar algunos meses a finales de los años sesenta. Existe una gran oferta de estos sitios, por lo que hay que estar atentos para no caer en las manos de embaucadores, quienes se aprovechan de los curiosos que por el mero hecho de estar en India quieren tener una experiencia mística y muchas veces no tienen la capacidad de discernir entre un buen o mal tutor.
Green Mango House. Este hostel, en el corazón de la zona de Laxman Jhula, tras la colorida estatua de Shiva, es una buena opción de alojamiento por su ubicación, su precio, las instalaciones y la buena onda de los dueños. Tiene además un balconcito donde sentarse a presenciar las dinámicas que suceden en la calle.
Trymbakeshwar. En este icónico templo de trece pisos dedicado a Shiva, frente al puente colgante, los devotos ascienden haciendo sonar las campanas mientras visitan decenas de efigies de deidades en compartimientos cerrados con cortinas metálicas como si fueran tiendas. Por esta razón, seguir la dinámica y observar el modo en que cada fiel se vincula con el espacio religioso es una de las experiencias más genuinas de esta ciudad.
Lassi. Bebida tradicional a base de yogur, leche y cardamomo, sumamente refrescante y característica de India y Bangladesh. En su variante salada se condimenta con comino, pimienta y otras especias; en la dulce, además de agregarle azúcar, se licua con frutas como banana, frutilla, coco, ananá, mango, papaya o calabaza.
Ganges. Este río, considerado una diosa madre dentro de la religión, es adorado por cientos de millones de hindúes que realizan abluciones, beben, se bañan y lavan ropa en sus aguas insalubres donde flotan cadáveres o cenizas fruto de las constantes cremaciones que se llevan a cabo en sus márgenes. Nace en el glaciar Gangotri, muy cerca de Rishikesh, y por eso sus aguas son aún bastante limpias y se acostumbra a hacer rafting debido a la fuerte corriente. En su tranquilo fluir a través de las llanuras de Uttar Pradesh rumbo al océano, lamentablemente va adquiriendo un nivel de contaminación exorbitante, producto de las empresas que lo utilizan para desechar sus residuos, las ciudades que vierten sus fluidos cloacales y las prácticas funerarias. Sin dudas, para tener una postal completa del lugar que ocupa el Ganges en este país y entender lo que representa se debe visitar Varanasi, otra ciudad fundamental del culto hindú.
Hello to The Queen. Probablemente el mejor y más sublime postre del universo. Se prepara con galletas picadas con chocolate caliente, trozos de banana, crema chantilly, helado de crema con avellanas, pasas de uvas y frutos secos. No hay más que decir.
Artii. Sobre la ancha escalinata (ghat) de Parmarth, cada día, a las seis de la tarde, se celebra una ceremonia hindú en honor a la madre Ganga. El evento, con la caída del sol, convoca a decenas de fieles de rasgos variopintos que cantan y tocan música. Se realizan diversos rituales echando elementos al fuego para purificación y ofrendas florales al río en cestitos flotantes de caléndulas y lotos rosados.
The White Album. Este disco fundamental fue compuesto en Rishikesh durante la estadía de los cuatro de Liverpool cuando, cautivados por el gurú de los famosos Maharishi Mahesh Yogui, viajaron a India a bucear en la espiritualidad. Sin embargo, luego de llenar las alforjas del religioso, lo descubrieron intentando abusar de Mia Farrow, por lo que decidieron abandonar el lugar y John le terminó dedicando la canción ‘Sexy Sadie’, en la que lo trata de farsante y controlador.
Kadai Paneer. Es imposible dejar de recomendar distintivos del ámbito culinario, porque cada plato indioes una inyección de sabores. Esta preparación consiste en una marmita con trozos de queso cottage frito en una salsa espesa con chile, jengibre, comino, laurel, cúrcuma, pimiento, cilantro y garam masala (mezcla típica de canela, clavo de olor, nuez moscada, pimienta negra y semillas verdes de cardamomo).
Cricket. Además de la práctica religiosa y saludable de la ciudad, no podemos perdernos de ver un partido de este singular juego, similar al béisbol. De origen inglés, es el deporte más popular en India; prueba de ello es que los inmigrantes indios en nuestro país lo practican los fines de semana en la rambla de Montevideo.