Uno de los trabajos más sobresalientes de la escena reggae mundial ya lleva medio siglo desde su publicación: Catch a Fire, un disco que provocó que el reggae se transformara en un fenómeno popular de comercialización global. Aquel álbum tuvo varias particularidades, más allá de un repertorio que clamaba por la equidad social con piezas como ‘Stir It Up’ o ‘Concrete Jungle’; que batallaba contra la discriminación racial: ‘Slave Driver’ o ‘400 Years’, y levantaba la bandera del amor entre las personas con canciones como ‘No More Trouble’. Al momento de grabar Catch a Fire (Prende fuego), quinto álbum de estudio de la banda jamaicana, lanzado por Island Records en 1973, Marley and The Wailers debían regresar de una gira por Gran Bretaña que habían emprendido junto al cantante norteamericano Johnny Nash. Sin embargo, el presupuesto no era suficiente para viajar y mucho menos para llevar adelante una nueva grabación. Ésa fue la razón por la que Marley se puso en contacto con Chris Blackwell, (Island Recors ya había publicado dos sencillos de la banda), quien tras firmar un contrato, les hizo entrega de un suculento adelanto. El álbum se grabó en el estudio Harry J’s de Jamaica, pero el resultado no fue el esperado y Blackwell dobló el presupuesto para volver a grabar en Londres, en el mítico St. Peter Square, pero esta vez bajo su supervisión.
Catch a Fire, con siete canciones autoría de Marley y otras dos con la firma de Peter Tosh, no tuvo un impacto inmediato –de hecho demoró casi medio año en hacerlo–, pero cuando lo hizo el éxito fue absoluto y la consagración de Marley fue total.