Por Carlos Dopico.
Un pulso acelerado, un piano en calma, dos voces en susurro y algunos jadeos esporádicos. Así comienza el corte con el que la banda canadiense Arcade Fire abre We, su sexto trabajo discográfico. Se trata de ‘Age of Anxiety I’ (la edad de la ansiedad), el primero de diez temas con el que esta banda incandescente, liderada por el matrimonio Win Butler y Régine Chassagne, decide hablar de lo que la humanidad acaba de atravesar.
Se trata de un álbum conceptualmente dividido en dos partes: la primera más intimista, en aislamiento, transitando el miedo, la alienación y la soledad; la segunda parte es más explosiva, proponen celebrar el reencuentro y la comunión de las partes. El tema ‘Unconditional’ es claramente la inflexión fresca, estimulante, incluso en el mensaje, una carta musical en la que Butler y Chassagne alertan a su pequeño hijo de los peligros y desafíos que le depara el mundo.
Después del álbum Everything Now (2017), Arcade Fire da un paso atrás en la experimentación y retoma la senda compositiva de trabajos anteriores, como The Suburbs, de 2010, o incluso los intuitivos pasos de Funeral, su exitoso debut de 2004.
Musicalmente, We (nosotros) es un álbum indie pop/rock, con aires folk, montado sobre sintetizadores en el que vuelven a apostar por los giros rítmicos, los cortes para recuperar aliento y los complementos vocales. Para redefinir su sonido, convocaron al célebre ingeniero de sonido Nigel Godrich, conocido mayormente por su trabajo con Radiohead, desde Ok Computer hasta A Moon Shaped Pool (2016), pero que también ha trabajado con Paul McCartney, Roger Waters, Travis, Beck, Pavement, Air, U2 e incluso R.E.M.