Por Nelson Díaz.
La aparición de Kerouac y la generación beat, de Jean-François Duval pone el foco en el autor de On the Road -escrita en 1951 y publicada en 1957- lo que supuso un golpe demoledor para los cimientos de la cultura norteamericana. El statu quo descubría que existía una contracultura subterránea, pronta para emerger desde San Francisco.
Jean-François Duval narra cómo Jack Kerouac, retrataba en clave de inmediatez, evidenciada en la pulsión de su prosa -frases cortas, diálogos breves, la inmediatez de la vida- las crónicas de un grupo de amigos en la vida real (Keruoac, Allen Ginsberg, Neal Cassady, Williams Burroughs, entre otros) transformados en personajes que recorrían las carreteras de Estados Unidos. En un alto del camino, uno de los personajes principales, Dean Moriarty (Neal Cassady) le dice a Sal Paradise (el propio Kerouac): “¿Qué queremos hacer todos? ¿Qué hacemos de hecho? Nadie podría expresarlo bien. ¿Qué es el cielo? ¿Qué es la Tierra? Toda ilusión”. Un grito desesperado. Una sentencia proto punk que parece adelantarse al “lo quiero ya” y el “No Future” pregonado, dos décadas después, del otro lado del Atlántico.
Kerouac había publicado La ciudad y en campo (1950), su primera novela, que había pasado literalmente desapercibida, pero, lejos de frustrarse, seguía golpeando la máquina de escribir a un ritmo frenético. Al momento de la publicación de On the Road, tenía seis manuscritos terminados, que fueron saliendo a la luz luego de su consagración.
Es cierto que mucho se ha escrito sobre los beatniks, pero el trabajo de Duval es bueno porque introduce un punto de vista inteligente, un enfoque distinto, que convoca al debate. ¿Cómo se explica el misterio de ese grupo de escritores, su insoslayable influencia en la literatura posterior (Bukowski, Sam Shepard, por citar dos ejemplos que hemos comentado en Dossier) y el rock (desde Dylan y Patti Smith, pasando por Nirvana por ejemplo), desde un movimiento que en realidad nunca existió?
El libro incluye además una serie de fotografías de los protagonistas, afiches de época, portadas de películas, una amplia bibliografía, cronología y un útil Who’s who. Se trata de una lectura vertiginosa, necesaria, imprescindible para cualquier amante de ese tiempo que tanto nos ha marcado sin haberlo vivido: la generación beat.