Con la llegada de la temporada estival y la alegría del asueto laboral para más de uno, Dossier decidió hacer una selección de lecturas de verano y recomendar una serie de títulos. Como toda selección, es objetable y perfeccionable, pero es una invitación a disfrutar de la buena literatura.
Kafka en el siglo XXI
Jorge despierta un día para ir a trabajar en su turno de noche en un call center y se da cuenta de que sus pies están creciendo. Nada escandaloso, lo justo para incomodarle al ponerse los zapatos. Logra calzarse a duras penas, pero antes de tomar el ómnibus pierde un zapato por un pisotón y tiene que viajar hasta su trabajo con la desagradable sensación de ir medio descalzo. Esa desazón, que va in crescendo a medida que avanza la novela, es el hilo conductor de Declive, del escritor colombiano Antonio García Ángel, autor de Animales domésticos y Recursos humanos. Al asunto de los pies se sumarán en el correr de la novela una plaga de hormigas en el apartamento del protagonista, los problemas con su padre anciano y una sensación de desencanto de la vida, el trabajo y el amor. De corte existencialista, con marcada influencia de la literatura de Franz Kafka, sobre todo de La metamorfosis, el autor colombiano logra una novela interesante que bucea en torno a la falta de reflexión de la propia existencia, el vacío de nuestros actos, la soledad del individuo inmerso en las grandes ciudades.
Declive, de Antonio García Ángel. Random House, 2017, 129 págs. Distribuye Penguin Random House.
La espía pop
El escritor francés Jean Echenoz (Orange, 1947), después de su muy singular trilogía biográfica sobre figuras del siglo XX y su incursión en la Primera Guerra Mundial, regresa por la puerta grande a lo que lo consagró como escritor: el juego con los géneros literarios. Nos regala esta novela de espías que es a la vez un pastiche, una parodia y una deconstrucción del género. Y, por encima de todo, una aventura literaria trepidante y muy divertida, con esa ironía de reojo tan característica del autor. Enviada especial pone en funcionamiento una trama rocambolesca que se desarrolla con la precisión de un mecanismo de relojería y nos lleva de París a Corea del Norte. Echenoz mezcla pop con maquinaciones internacionales, incorpora gotas de pulp y noir, lanza guiños hitchcockianos y referencias al imaginario –pop, de nuevo– que crearon las deliciosas películas de agentes secretos de los años sesenta y setenta. Y pone en escena los temas centrales del género: el engaño, la mentira, la manipulación, la simulación, las medias verdades, la suplantación y el doble juego.
Enviada especial, de Jean Echenoz. Editorial Anagrama, 2016, 254 págs. Distribuye Gussi.
Aunque no lo sepas, estás muerto
Allí es donde la ciudad se erige como protagonista, con su arquitectura, su historia, sus contornos sociales y el displacer que provoca esa mezcla de cemento y mar que la caracteriza. En Descubrí que estaba muerto el autor trabaja la superposición autor/narrador/personaje, el delgado límite entre la ficción y la realidad, con reminiscencias de Ciudad de cristal, la novela breve e intensa de la Trilogía de Nueva York, de Paul Auster. En ese examen de autoconocimiento, el protagonista comenzará a desaparecer lentamente. Opta por el encierro y el abandono, como si en un juego de espejos y apariencias se volviese aquel con quien ha sido confundido.
Descubrí que estaba muerto, de J. P. Cuenca. Editorial Tusquets, 2017, 205 págs. Distribuye Planeta.
El origen de todos los males
Toda la trama goza de un único y magnífico decorado: las Dolomitas, la montaña carismática del Tirol, la majestuosa cordillera alpina, sugerente e implacable. Y el Bletterbach, un cañón arcaico y galería de fósiles, de 8.000 metros de largo y 400 de profundidad, maravilloso parque alpino, museo al aire libre de la formación del planeta, donde los temporales martillean la tierra y escenario de la mutilación en masa protagonista del libro, una incógnita matanza que, como una maldición, contamina (en el transcurso de treinta años) la memoria de un idílico paraje, en el Alto Adige italiano, con el eco de la imborrable sospecha.
El otro protagonista es un foráneo, el esposo de una joven del valle, un estadounidense que sufre el choque de los usos sociales y culturales, un documentalista atónito por un trauma en la nieve que carga con sus remordimientos. Las villas típicas y los parajes espléndidos deberían sosegar los dolorosos recuerdos, pero despiertan la necesidad de redención, la búsqueda de los homicidas y el compromiso con la verdad. Todos son presuntos homicidas: los vecinos, la familia, un monstruo antediluviano e incluso el diablo. Porque el mal es difuso, esquivo, socarrón en la negrura de las noches y del pasado.
La sustancia del mal, del italiano Luca D’Andrea. Editorial Alfaguara, 2017, 465 págs. Distribuye Alfaguara.
Feliz y letal Navidad
En la escritura de Nesbo hay una trama complicada e inteligente, respaldada, sobre todo, en el personaje de Harry Hole: alcohólico, arisco, solitario, trabajador empedernido, incapaz de involucrarse sentimentalmente con la gente que le importa pero también con un código ético propio que cumple a rajatabla. Uno de los mejores personajes de novela negra. Pero además aparecen nuevos personajes que mantienen la frescura del relato, como la nueva compañera de Hole en el departamento, Katrine. Se destaca por su correspondencia homónima con el protagonista (es una especie de Hole en versión femenina), por su importancia en la trama de la novela y por compartir con Harry diálogos trascendentes sobre la vida, la superación personal, el trabajo e incluso la muerte. De nuevo, la novela negra de Nesbo se enriquece con otros elementos no tan específicos del género.
Como en otro volumen anterior, El redentor, Nesbo utiliza el recurso del asesino en serie, incluyendo crímenes muy truculentos, lo que se evidencia en la escena final. De hecho, la novela fue llevada al cine y, en su versión hollywoodense, se exhibió meses atrás en Uruguay. Nesbo es un autor con oficio, efectivo en la saga de Harry Hole, donde no todo es lo que parece. No vale sólo descubrir quién es el asesino, sino todas las subtramas y relaciones que se establecen entre los personajes.
El muñeco de nieve, de Jo Nesbo. Penguin Random House, 2017, 504 págs. Serie Roja & Negra. Distribuye Sudamericana.