Por Nelson Díaz.
Un buen ataque.
El deporte es tierra fértil para los novelistas anglosajones. Materia prima para retratar, en las tribunas o desde el campo de juego, la condición humana y su comportamiento social. El británico Nick Hornby lo hizo de forma notable en Fiebre en las gradas, novela de corte autobiográfico donde narraba su pasión por Arsenal, el club de sus amores. En sintonía con el británico, Chad Harbach (Wisconsin, 1975) escribió una novela maravillosa, donde, en este caso el béisbol, es la excusa perfecta para retratar una historia de amistad entre cinco personajes, disímiles entre sí pero que se unirán mientras conviven en el campus universitario.
Henry Skrimshander tiene 17 años y muestra excelentes condiciones para el béisbol, por lo que es reclutado por Mike Schwartz, el coach de los `Arponeros’ el equipo de la Universidad de Westish, que viene en baja desde hace varias temporadas. El muchacho es recibido con expectativa por sus compañeros. Es la esperanza que los saque de perdedores. El desempeño deportivo de Henry es el esperado. Los Arponeros comienzan a repuntar y el orgullo de la universidad comienza a aflorar. Pero la alegría dura poco. Durante un partido, en un lanzamiento, Henry se lesiona y debe abandonar el campo de juego y la liga. Ese imprevisto, que echa por tierra las ilusiones del jugador, del equipo y de la universidad, es el comienzo de cinco historias que se entrecruzan a partir de los sinsabores cotidianos de la vida.
Junto a Henry y Mike aparecer otros tres personajes que completan el combo. Guert Affenlight, el rector de universidad, hombre culto, ligado al ámbito académico, fanático de Herman Melville -los Arponeros remite a Moby Dick y de hecho en la universidad hay una estatua del escritor- mujeriego empedernido en su juventud, sesentón y viudo que tiene un romance con el estudiante Owen Dunne. Este, que comparte habitación con Mike, tiene inclinaciones literarias y filosóficas que van desde Joyce o T.S. Eliot, a Soren Kierkegaard. La chica del grupo es Pella, la atractiva hija del rector que vuelve al hogar paterno, después de un fracaso matrimonial, en busca de recomponer la relación con su padre.
La estatua de Melville, apostada en el jardín de la universidad, se erige como un testigo omnipresente, de las relaciones entre el quinteto. De cómo Guert siente culpa por sus inclinaciones homosexuales y trata, al comienzo, de esconderlas en toda la universidad y, especialmente, a su recién llegada hija. De cómo Owen prefiere quedarse en la pequeña localidad, renunciando a un posible futuro como exitoso abogado. De cómo Mike debe incentivar a un deprimido Mike y de cómo este, ya fuera del campo de juego, debe conformarse con leer El arte de la defensa, un libro sobre el béisbol, escrito por Aparicio Rodríguez, un ídolo de ese deporte cuando él tenía 10 años.
Es la primera novela de Chad Harbach, quien se ha convertido en una de las revelaciones del panorama literario de Estados Unidos, entusiasmando a escritores de la talla de Jonathan Franzen.