Como la vida misma
Joan Didion (California, 1934), autora de Según venga el juego, entre otros, es una escritora de culto, periodista, guionista, crítica de cine, editora de medios como la revista Vogue. Hace ya unos años sufrió la muerte repentina de su marido, el también escritor John Gregory Dunne, de un ataque al corazón. Este duro golpe fue el detonador que inspiró El año del pensamiento mágico, editado por Penguin Random House y que en esta segunda edición viene con ilustraciones de la española Paula Bonet. En este libro Didion recorre todas las emociones que sintió, las analiza y, ante todo, trata por todos los medios de aceptarlas para, sin olvidar, poder seguir caminando.
El título es revelador y hace referencia al tipo de pensamiento que muchas veces aflora para comprender este tipo de situaciones. Es decir, ecuaciones lógicas y equivalencias mentales, donde la suerte también tiene cabida, y que en cierta manera nos otorgan un mayor control de este estado. Son absolutamente improbables, pero creer en ellas comporta cierta paz ficticia.
El año del pensamiento mágico recibió el Premio Nacional de no-ficción en Estados Unidos y, junto a Noches azules, en el que narra la lenta agonía de su hija, la terminó de consagrar como autora de non fiction. Es que el desgarramiento y la fragilidad que produce la muerte se sienten desde la primera hasta la última página y al leer nos sumergirnos en una tristeza que no siempre podemos terminar de comprender en toda su profundidad.
El duro momento del duelo que atraviesa Didion, y que parece no terminar nunca cuando la muerte –lenta esta vez– le quita a su única hija, hace de su obra una pieza única. El coraje de poner en palabras el dolor se valoriza al avanzar cada página y descubrir una relación con Dunne que los convertía en compañeros en la vida y en su tarea de escritores. Dunne y Didion llegaron a conformar una comunidad literaria e intelectual basada no sólo en proyectos comunes, sino en la colaboración permanente. Pasaron cuarenta años juntos. De esa pérdida también se trata su duelo, de ese mismo borrador de sus escritos del que su marido ya no sería su primer lector.
Alternando el relato de los hechos desde la distancia de quien escribe una ficción, con el armado meticuloso de un rompecabezas de recuerdos y documentos e investigaciones médicas, Didion logra hacer transitar al lector en esa búsqueda de significados de un duelo inexplicable. El año del pensamiento mágico es una reflexión sobre lo inevitable y una crónica de resiliencia.