Hacedor de canciones montevideanas
Editorial Estuario, en su colección Discos, acaba de editar Brindis por Pierrot, título que refiere al disco de Jaime Roos, publicado en 1985, a cargo de Mauricio Rodríguez. La propuesta de la colección, dirigida por Gustavo Verdesio, es invitar a un escritor o periodista para que elija un disco que lo haya marcado y escribir un libro sobre él. Hasta el momento se han publicado No es solo rock and roll, de Gustavo Verdesio –que ofició de puntapié inicial de la colección-, Tango que me hiciste mal / Los Estómagos, de Gabriel Peveroni, Otra navidad en las trincheras / El Cuarteto de Nos, de Ignacio Martínez, Caída libre sobre el disco homónimo de La Trampa, a cargo de Ramiro Sanchiz, Oktubre / Los Redonditos de Ricota, de Carolina Bello, e Ideación / Psiglo, escrito por Luis Fernando Iglesias.
El periodista y escritor Mauricio Rodríguez -autor de El caso Gelman, En la noche. El rock uruguayo posdictadura, Zelmar Michelini, su vida. La voz de todos, entre otros- se inclinó por el icónico disco de Jaime que marca un ante y un después en la música popular uruguaya y en la propia carrera del creador más montevideano. Ese disco incluía un puñado de canciones que se transformarían en clásicos uruguayos como la canción que da nombre al disco, “Los Olímpicos”, “Cometa de La Farola”, “Durazno y Convención”, “Los futuros murguistas”, o “Adiós juventud”, entre otras.
Rodríguez se contactó con Jaime Roos, tan poco afecto a dar entrevistas, y logró que lo recibiera en su bunker de La Floresta. La entrevista, mano a mano, duró más de seis horas, donde el compositor fue narrando la “cocina” del disco, alternándola con recuerdos de sus inicios en el rock -Los Roberts, Epílogo de Sueños y Aguaragua y el grupo Patria Libre-, su vida en París y posteriormente en Ámsterdam.
El libro, en formato de extensa entrevista, donde cada capítulo refiere a una canción de Brindis por Pierrot, no tiene desperdicio. Rodríguez es un buen entrevistador que logra, desde la empatía, con Roos, lograr una complicidad que se trasunta en la riqueza de las respuestas del entrevistado. Jaime cuenta todo, desde su relación con el Canario Luna hasta detalles técnicos de la grabación de los temas. Por ejemplo, en “Durazno y Convención”, cuenta que se grabaron cuatro bajos superpuestos (el bajista era Andrés Recagno) porque Jaime quería que “sonara como una topadora en la parte de la calle Durazno” y agrega “no así en el bajo de la calle Convención, que es un candombe salseado. Ahí era un solo bajo y listo”. Esta reflexión de Jaime demuestra, aunque ya lo supiéramos, su cabeza musical y la precisión con la que trabaja su música y sus textos. Nada está puesto al azar o por capricho, sino que hay un concepto que hace al “sonido Roos” que deviene en ese sonido montevideano tan característico en su obra. Pero Rodríguez, hábil y sutil entrevistador, lo lleva a muchas otras de sus creaciones como el disco Mediocampo. El libro se nutre además de testimonios de algunos músicos que lo acompañaron a lo largo de su carrera como Edu “Pitufo” Lombardo, Freddy “el Zurdo” Bessio, Ronald Arismendi, Jorge “Loquillo” Garrido, Raúl Castro y Jorge Denevi, encargado de algunos de los videos. Incluye además una sesión fotográfica inédita de Mario Marotta en el bar Cocktail, donde se pergeñó la carátula del disco.
Brindis por Pierrot, con una exhaustiva investigación, se transforma en un vehículo imprescindible para conocer de primera mano, como si estuviéramos sentados en la mesa de un bar o aguantando el mostrador con Jaime, el arte y pensamiento de unos de las grandes creadores uruguayos.
Brindis por Pierrot / Jaime Roos, de Mauricio Rodríguez. Editorial Estuario, 2019, 264 págs.