Un museo al aire libre a dos kilómetros de Punta del Este.
Por Florencia Sáder.
La isla antes llamada De las Palmas, por las palmeras que en ella había, lleva ahora el nombre del desafortunado capitán Francisco Gorriti.
Navarro de origen, Gorriti vivió durante años en Montevideo, donde tuvo una intervención valiosa en el ordenamiento y organización de los archivos del Cabildo, ya que la documentación referente a estatutos, ordenanzas, testamentos, escrituras y demás papeles de la vida de la ciudad se encontraba desperdigada. De no ser por la intervención de Gorriti, probablemente se hubiera perdido gran parte de la historia del quehacer municipal capitalino entre 1730 y 1742.
Gorriti desempeñó su función de comandante militar entre 1749 y 1751. Cuando fue creada la Gobernación de Montevideo por la Corona española, desde Buenos Aires lo propusieron para ocupar el nuevo cargo, pero la Corona designó como gobernador al teniente coronel Joaquín de Viana.
Las relaciones entre Gorriti y Viana fueron tensas desde un comienzo. La animosidad entre los dos personajes se agravó cuando Gorriti encabezó una protesta militar en la que los uniformados pretendían ser eximidos del pago de una contribución para la defensa de la ciudad contra los ataques de los indios minuanes.
Este fue el pretexto que encontró Viana para arrestar al capitán Gorriti y confinarlo a la isla en Maldonado que hoy lleva su nombre. Allí estuvo por dos años, entre 1751 y 1753. Al ser el segundo personaje en importancia después del gobernador, todo el país estaba al tanto de su suerte y la isla pasó a ser llamada Isla Gorriti en honor a su célebre prisionero. Fue liberado en 1753 y vivió en Montevideo hasta su muerte en 1765.
En la actualidad la Isla Gorriti es una reserva natural declarada patrimonio histórico nacional. Tiene una extensión de 1,7 kilómetros de largo y posee veintidós hectáreas de superficie.
A fines del siglo XIX la vegetación y fauna original de la isla fue prácticamente devastada por un incendio. Años después el primer intendente de Maldonado, Juan Gorlero, encomendó la primera forestación de la isla con pino marítimo.
Entre sus primeros visitantes encontramos a Juan Díaz de Solís, Magallanes y el corsario inglés Francis Drake, quienes no solo se encontraron con un paraíso natural, sino también con huellas de piratas holandeses, franceses, escoceses e ingleses.
Fue cementerio de los soldados británicos que participaron en las invasiones inglesas de 1806, ya que al no ser católicos no se los podía enterrar en camposanto. Años más tarde, a pedido del gobierno estadounidense, se trasladó este cementerio a la necrópolis de Maldonado.
La isla fue centro de investigaciones científicas de las que el naturista Charles Darwin participó en 1829. Funcionó como hospital de los enfermos de cólera de la epidemia europea en 1885. Fue testigo de la conquista del Río de la Plata y del proceso fundacional de Maldonado. La Isla Gorriti es un verdadero museo al aire libre.
En ella se encuentran tres baterías: Boca Chica, Santa Ana y de la Concepción. Juntamente con las baterías en tierra firme, custodiaban la entrada a la bahía de Maldonado.
Gorriti fue sistemáticamente atacada y conquistada por excursiones militares de distintas nacionalidades. “Pasó de mano en mano. La tuvieron españoles, portugueses, brasileños, ingleses y de todos ellos han quedado vestigios que hacen la historia local”, dice el doctor Fernando Cairo, subdirector de Cultura de la Intendencia de Maldonado y uno de los responsables de la puesta en valor de los aspectos históricos de la Isla Gorriti.
En 1843 la compraron los hermanos Samuel Fischer Lafone y Alejandro Lafone, pero el Estado la recuperó apenas dos años después en una operación de sucesión.
También fue hospital, se dice que unas dos mil personas estuvieron internadas en un hospital provisorio de la isla como consecuencia de una epidemia de cólera que azotó a Europa en 1885: recién pudieron irse cuando se levantó la cuarentena.
A fines del siglo XIX, las tripulaciones de barcos de guerra extranjeros usufructuaron su follaje para realizar prácticas de tiro. En 1869 se efectuó en la isla una corrida de toros con tripulantes de dos fragatas españolas ancladas en la bahía, haciendo de toreros.
La Isla Gorriti cuenta con dos playas, Puerto Jardín, en el lado norte, y Playa Honda del lado oeste. Allí se pueden realizar largos paseos por caminos marcados y visitar las ruinas consideradas patrimonio histórico nacional.
En 2016 la Intendencia de Maldonado comenzó un proceso de recuperación y puesta en valor de la isla, que implicó tareas de limpieza, la apertura de nuevos senderos, incorporación de señalética bilingüe, recuperación de sitios arqueológicos, confección de cureñas (soportes de madera en los que descansan los cañones) y de siluetas de metal que simulan los soldados que pisaron estas tierras y lo más interesante de todo y que atrae a más turistas: la recreación del cementerio de los ingleses. Para esto se contó con el apoyo del Batallón de Ingenieros Número 4 y funcionarios de la Dirección de Cultura de la Intendencia de Maldonado. Se mandaron a hacer reproducciones de las lápidas que estuvieron allí originalmente y se cercó el perímetro que ocupaba el cementerio. Hoy se puede ver en la isla una fiel reproducción de lo que fue ese lugar donde descansaban los cuerpos de marinos no católicos.
La Isla Gorriti hoy ofrece mucho más que playa. Son 22 hectáreas repletas de historia y se encuentra bajo la jurisdicción del Municipio de Punta del Este.
En temporada alta se puede cruzar a la isla Gorriti diariamente desde las nueve de la mañana cada treinta minutos desde el puerto de Punta del Este. El cruce dura unos veinte minutos. El resto del año se la puede visitar durante los fines de semana, dependiendo del clima.
/Fotos: cortesía Reid Buckley y Martín Ferrario.