Un muchacho francés se adentra en un pueblito de la Baviera alemana. Corre el año 1917, la Primera Guerra Mundial terminó hace poco; el resentimiento se vive a flor de piel entre los lugareños, y los ánimos nacionalistas comienzan a caldearse. El trauma y la humillación son prácticamente perceptibles en la población, y para el protagonista es imposible pasar desapercibido. De todos modos, acude al cementerio a dejar flores en la tumba de Frantz Hoffmeister, joven soldado alemán muerto en el frente de batalla. La primera en advertir su presencia es Anna, prometida de Frantz, que se está de luto perpetuo. El muchacho le explicará, tanto a ella como a su familia, que conoció a Frantz en territorio francés. Desconcertada, la familia reacciona primero con temor y cierta hostilidad, pero después abre sus puertas al visitante, con curiosidad y creciente calidez. El muchacho francés no sólo es interesante y encantador, sino que puede ayudarlos a apaciguar la angustia de la pérdida, ese gran hueco vital al que refiere la película desde su título.
El director francés François Ozon es un cineasta particularmente prolífico (un largometraje por año, desde 1999) y también uno de los más irregulares (ha hecho películas notables, como Bajo la arena y 8 mujeres, así como otras totalmente intrascendentes, como La piscina), pero su última película seguramente sea la mejor de su filmografía. El cuidado estético es ejemplar: una impecable recreación de época alterna de forma magistral el color con el blanco y negro, y hasta se permite hacer la transición dentro de una misma escena, utilizando el recurso para subrayar el cambio emocional de los personajes. Pero además la dirección de actores es un prodigio, y los cuatro personajes principales están interpretados con una riqueza psicológica y de matices soberbia, y el gran cuidado de las buenas formas y la impostada rigidez se ven a menudo quebrantados por el surgimiento intempestivo e incontrolable de las emociones. El suspenso propiciado por la hostilidad circundante se ve notablemente dosificado, al tiempo que la carga enigmática de lo que sucedió entre ambos soldados durante la guerra crece progresivamente. De esta forma, la película logra un notable ritmo, al tiempo que plantea profundas reflexiones sobre el duelo y los amores perdidos, el compromiso moral y la honestidad en situaciones extremas.
Frantz. Director: François Ozon. Guion: François Ozon, Phillippe Piazzo. Elenco: Pierre Niney, Paula Beer, Ernst Stötzner, Marie Gruber. Duración: 113 minutos. País: Francia, Alemania. Año: 2016.