Por Gabriela Gómez.
Sclavo titula esta exposición con el oxímoron Festina lente, locución latina atribuida al emperador romano Augusto y que significa “Apresúrate despacio”, anticipándole al espectador de la muestra cuál va a ser su estado al observarla. Es, sin duda, un trabajo de experimentación el de Sclavo, que cuenta con algunos elementos que son característicos de su conocida forma de manifestarse: colores planos, la presencia del silencio que apenas es interpelado por un barquito de papel o la silueta de un ser humano, algunas palabras que se resignifican, el cultivo de la síntesis comunicacional.
En esta exposición, grandes cuadros atrapan la visión y en esa abstracción de forma y color el espectador cambia de ritmo, mira y se detiene para encontrar, en el cuadro o dentro de sí mismo, un diálogo que le aumente la paz. El estímulo que necesita y que obtiene el espectador se da, paradójicamente por la falta de estímulos, y por eso Sclavo habla de que siempre hay algo más de lo que esperábamos encontrar: “Siempre hay algo debajo de la superficie; parece que el color es abstracto y frío, pero no lo es”.
Este es un primer punto donde lo que se ve y lo que se oculta (Sclavo también pinta sobre telas que ya han sido pintadas) muchas veces producen una sorpresa, y por otro lado también hay un tema de las proporciones de los objetos. Esta exposición de grandes pinturas sobre tela dialoga con diferentes objetos como agendas, lápices, tapas de discos (que no fueron pensadas originalmente como tapas), pero que se encuentran en sintonía con los cuadros.
Fidel Sclavo nació en Tacuarembó en 1960, se formó en dibujo y pintura además de estudiar grabado y fabricación de papel en el Museo Nacional de Artes Visuales. Desde hace un largo tiempo venimos disfrutando de sus producciones tanto gráficas, como las que se publicaban en la revista Posdata en la década de los años noventa, como en diferentes exposiciones o periódicos de acá y de Argentina. Con esta exposición, parecería que buscara aún más ese silencio que siempre lo ha acompañado, pero esta vez invita a que sus cuadros sean los productores de una sensación que está muy bien descrita por él mismo: “Apúrate despacio. Camina lento si quieres llegar antes a buen destino, a un trabajo bien realizado. Celebra la lentitud, en contraposición a la inmediatez de estos tiempos”.
Festina lente. Fidel Sclavo. Museo Nacional de Artes Visuales. Av. Tomás Giribaldi 2283.