La pura sensitividad
La obra Evocaciones, de Rafaelle Rossi, en el museo Gurvich es un alto exponente de la pintura emocional. Manchas abstractas sobre soportes rígidos, con mezclas cromáticas aleatorias son testigos de un gesto pictórico íntimamente automático. Estos cuadros de pequeño formato son verdaderas experiencias sensibles, donde el observador se encuentra un un estado atemporal, sin ningún referente visual que lo ayude a posicionarse.
Estas pinturas crean una situación de incertidumbre y no está ausente la sensación de un arcaísmo contenido en las manchas dejadas por el paso del tiempo en lugares abandonados. Refuerzan esta idea los trazos sutiles que recuerdan las propias rajaduras de las paredes. En un aparente estado de germinación detenido, estas obras situadas por fuera de todo tiempo y espacio están construidas por una serie de contrastes selectamente elegidos. El observador se siente observado por estas enigmáticas pinturas, resueltas con un gesto puramente sensitivo, como el de la flor que se abre a la luz del sol.