TRANSCURRENCIAS-IN-VISIBLES
Por Daniel Tomasini
Intersecciones, el lugar de la metáfora
Esta exposición de arte contemporáneo encuentra a varios artistas en la situación de utilizar la metáfora plástica para transmitir estados de ánimo e incluso ciertos con- ceptos. Desde varios lenguajes, artistas como Muriel Cardozo, Olga Bettas, Andrea Bustelo, Carlos Bogao y Fernando Stevenazzi in- corporan el decir plástico de una manera altamente simbólica.
Continuando su trabajo con las prendas femeninas, Bettas ofrece una mirada íntima, reforzada casi brutalmente por una escultura que muestra un coxis, asiento óseo de las zonas del pubis. El manejo del color rojo, altamente simbólico de la vida, de la pérdida de la virginidad y de la menstruación, se concibe como un elemento de lenguaje que añade un poco de violencia y vitalidad a su propuesta, con miradas opuestas hacia lo tierno y lo descarnado. La sensibilidad de Bettas le permite el tránsito eficaz entre zonas escandalosas y a menudo no exentas de un acento de buen kitsch, auténticamente ver tido en sus pequeños objetos-cuadros, conjunto que suma una miniinstalación muy interesante.
Bustelo incorpora un sentimiento de añoranza un tanto bucólico y encuentra los materiales necesarios para efectivizarlo. Con fieltro intervenido con impresiones de hojas y unas zapatillas rodeadas de hojas de eucaliptos realiza una instalación cuyo efecto es positivamente evocador a partir de elementos muy simples pero tratados con alta sensibilidad.
Cardozo utiliza elementos de la naturaleza, como ramas y troncos, que en sí mismos constituyen una escultura natural, dada la presencia plástica que contienen, a las que agrega una especie de alas translúcidas hechas con resinas y fibra de vidrio, materializando así insectos fantásticos, con un gran acierto formal y matérico. Stevenazzi exhibe una serie de fotografías intervenidas digitalmente, al estilo de la repetición monótona de Warhol, que adquieren volumen en cubos colocados sobre el piso. Al panel se le agregó una malla que lo cubre parcialmente y que podría simbolizar el “manto de olvido” con que se suele citar a todo lo que silenciamos por una u otra razón. Nuevamente la metáfora hábilmente tratada sobre la mirada obsesiva y su contraparte: el olvido.
Estas obras se aprecian en la Fundación Unión.