Por Florencia Sader.
En el verano de 1982, un grupo de nueve escultores de distintas partes de América Latina fueron convocados por un comité presidido por Ángel Kalenberg para participar del primer Encuentro Internacional de Escultura al aire libre en Punta del Este, organizado por la Intendencia Municipal de Maldonado. Este encuentro se materializó en los talleres de escultura situados a la altura de la Parada 1 sobre la playa Brava, que dejaron como legado el conjunto escultórico conocido como Paseo de las Américas.
Los artistas participantes de esta experiencia fueron Gyula Kosice, Enio Iommi, Jacques Bedel, de Argentina; HermannGuggiari, de Paraguay; Edgar Negret, de Colombia; Waltercio Caldas, de Brasil; Mario Irarrázabal, de Chile; Nelson Ramos y Francisco Matto, representando a Uruguay. Del conjunto original restan ocho obras, la de Nelson Ramos ya no existe. Del grupo original de artistas, solamente viven Irarrázabal, Caldas y Bedel.
Desde entonces no solo hemos visto La mano (o “los dedos,” como popularmente se conoce a la obra del chileno Mario Irarrázabal) convertirse en uno de los íconos de Punta del Este, también fuimos testigos del cambio en la fisonomía y el carácter del lugar donde las esculturas fueron emplazadas. Hemos visto con preocupación cómo las obras sufrían los embates de los vientos atlánticos y los sucesivos olvidos de los gobiernos municipales y nacionales.
En 2018 la Intendencia de Maldonado, bajo el liderazgo del ingeniero Enrique Antía y después de numerosos reclamos de grupos de vecinos y organizaciones, decidió restaurar y poner en valor este valioso patrimonio departamental, valuado en unos seis millones de dólares. A la restauración, se agrega la iluminación profesional de Alejandro Edo, ingeniero argentino residente en Uruguay, y el paisajismo y caminería de la Dirección de Espacios Públicos de la Intendencia de Maldonado. Hoy, residentes y visitantes redescubrimos este conjunto de esculturas. La nueva caminería permite apreciarla desde distintos ángulos y acercarse a las obras caminando o en bicicleta, tarea imposible antes de la reforma, ya que es una zona de mucho tráfico, especialmente en temporada. El Paseo de las Américas fue declarado Bien de Interés Patrimonial en 2019 por la Comisión de Patrimonio de Maldonado.
Los artistas y sus obras
Waltercio Caldas
La obra El vacío del brasileño Waltercio Caldas (1946), era una de las dos desaparecidas junto a la escultura El descubrimiento, del uruguayo Nelson Ramos. Durante la restauración y puesta en valor, el propio artista envió su consentimiento y los planos de la obra que luce ahora en su lugar de emplazamiento en el Paseo de las Américas. Esto fue gracias a la gestión del galerista griego Reno Xippas, quien representa al artista y tiene galerías en París, Ginebra, Montevideo y Punta del Este, y a la Dirección de Espacios Públicos de la Intendencia de Maldonado. La obra fue reinaugurada en 2018 con la presencia del propio Caldas.
Enio Iommi
El argentino Enio Iommi (1926-2013) realizó para este encuentro Lucha entre el orden y el caos, una escultura de cinco columnas recordada por los “rulos” de cobre que coronaban cada uno de esos pilares. El coronamiento de cobre desapareció poco después, producto de un robo. Si bien la obra fue restaurada, todavía no se repuso el cobre original. “Iommi fue un creador que mantuvo, a lo largo de seis décadas de carrera, una actualidad poco frecuente”, según palabras del crítico argentino Jorge López Anaya. Fue uno de los fundadores del Taller de Arte Concreto-Invención.
Gyula Kosice
El maestro checoslovaco nacionalizado argentino Gyula Kosice (1924-2016) realizó para este paseo una escultura hidrocinética: El abrazo entre la Mansa y la Brava. El agua brota de dos semiesferas de acrílico azul, unidas por sus bases, sostenidas por una estructura de cemento. La bomba que accionaba la fuente estuvo rota por mucho tiempo. Hoy la obra luce restaurada y en funcionamiento. Kosice fue un artista muy reconocido a nivel internacional, considerado como cofundador del movimiento Madí y conocido por sus esculturas monumentales e hidromurales. Contó a lo largo de su larga vida con más de cuarenta exposiciones individuales y participó de unas quinientas muestras colectivas.
Mario Irarrázabal
El artista chileno Mario Irarrázabal (1940) es el autor de la escultora más popular y conocida de todas: Hombre emergiendo a la vida o La mano. Esta obra quedó fuera del área asignada para levantar el Paseo de las Américas y se transformó en el ícono del balneario. Millones de personas, a lo largo de los años, tomaron fotos de esta escultura para recordar su paso por Punta del Este. El artista ha realizado otras “manos” en otras partes del mundo: en el Parque Juan Carlos I de Madrid (España), en la ciudad fluvial italiana de Venecia y en el desierto de Atacama en Chile.
Jacques Bedel
El arquitecto, fotógrafo y escultor argentino Jacques Bedel (1947) es uno de los supérstites del encuentro de 1982. Su obra para el paseo es Obelisco y, según contó en un medio local, su diseño original era distinto al de la obra final. “Esto es hormigón puro y simple. El proyecto original era mucho más alto. Quedó mucho más petiso. La proporción era casi tres veces más alta. No fue una cuestión de presupuesto. Apenas era dos metros más alta. Sucede que se unificó la altura de todas las esculturas. Algo equivocado porque esta obra fue proyectada con una determinada proporción. Era un obelisco. Demoré una semana en hacerla. Quizás diez días, pero no más. Las otras demoraron lo mismo”, recordó Bedel en una nota concedida al diario Correo de Punta del Este en enero de 2017.
Francisco Matto
El signo es una escultura de cemento armado en forma de U de tres metros de altura, del escultor compatriota Francisco Matto (1911-1995), miembro fundador del Taller Torres García. El propio Matto dejó en claro que quería que esta escultura fuera pintada a la cal. “Porque es un elemento que da vida, no es un blanco perfecto”, sostuvo en declaraciones al diario El País por aquellos años, cuando dejó en claro que no quería saber nada con la pintura sintética. “Quiero que la obra se enriquezca con la pátina que el tiempo proporciona al blanco, y que cuando sea necesario se le dé otra mano de cal para iniciar otra vez el proceso”, dijo Matto por entonces.
Hermann Guggiari
El ingeniero y escultor Hermann Guggiari (1924-2012) dejó en el parque su obra Ala de gaviota, una enorme estructura de hierro y acero inoxidable que representa un ave con sus alas perforadas, una suerte de protesta a favor de la naturaleza atacada por el hombre. Esta escultura soportó todo tipo de embates. Antes de ser retirada del lugar por un temporal que la partió al medio, una de sus alas fue empleada durante mucho tiempo como una suerte de cama al aire libre. Fue restaurada por el artista uruguayo Diego Santurio y muestra todo su esplendor tal como su escultor la dejó en 1982.
Edgar Negret
Negret (1920-2012) fue un escultor abstracto colombiano. Su obra en el Paseo de las Américas es Metamorfosis, realizada en chapa de aluminio pintada con esmalte rojo, sobre una base de hormigón. Esta obra se encontraba en un estado lamentable, tal es así que fue retirada de su emplazamiento por un tiempo considerable, hasta que, gracias a la restauración y puesta en valor del paseo realizada en 2018, el escultor uruguayo Diego Santurio realizó un excelente trabajo prácticamente recreando la obra original que hoy engalana la entrada a Punta del Este.