La exposición Variación y autonomía. Grabados de pintores japoneses contemporáneos es una muestra itinerante de 42 obras de pintores que se dedican al arte gráfico.
La exposición ha llegado al hall de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y presenta técnicas como serigrafía, litografía, stone cut y grabado al aguafuerte. Los artistas demuestran una creatividad de gran frescura formal con amplio dominio técnico. Una nueva concepción del grabado se exporta desde el Lejano Oriente y llega a Uruguay con la categoría de obras maestras. El concurrido hall de la facultad no sería, tal vez, el lugar más propicio para admirar estas obras que piden cierto recogimiento por el alto índice de resolución técnica que ostentan. Composiciones básicamente abstractas configuran el universo creativo de una serie de artistas que ingresan al grabado desde el concepto de la pintura. Una pintura plena de ritmos y juegos de formas, de sutiles variaciones en los grises, que a menudo recuerdan un mosaico y otras veces el plano de color tan particular de la tinta, remite a mundos imaginarios y originarios. Otras veces, hay referencias figurativas que son resueltas como verdaderas composiciones abstractas. El color en las obras en serigrafía y en litografía está perfectamente calibrado, desde las formas geométricas hasta las manchas informes o las reminiscencias de formas como cuchillos u otras. La relación con el concepto de pintura se hace más consistente, por lo que en cierta forma podríamos afirmar que estos artistas han ido más allá de la técnica del grabado.
Se percibe, por otra parte, una serie de virtudes que son propias de todos los orientales: la paciencia, la persistencia y el tesón. Nada es, por lo tanto, librado al azar. La expresión, podría decirse, está matemáticamente controlada. El juego de formas, de líneas y de figuras, la serie de puntos, los ritmos y los movimientos son parte de una labor de alta concentración, donde incluso y en algunas circunstancias se abren a la percepción como algo espontáneo, aleatorio o casual. Es cierto que en ocasiones el papel y el soporte de piedra no pueden ser absolutamente controlados en sus resultados finales. Esta aleatoriedad se neutraliza con el profundo respeto hacia la técnica que surge de muchos años de práctica. Estos maestros japoneses del grabado son paradigmáticos en tanto incorporan a su tradición ciertas prácticas occidentales, con el respeto y la humildad de los grandes cultores de las artesanías que se convierten en arte cuando se les incorpora el espíritu de la creación. Al mismo tiempo están repensando su propia tradición en tanto las innovaciones surgen desde artistas formados dentro de ella.
Desde los años setenta, una serie de artistas japoneses dedicados predominantemente a la pintura han ingresado al campo de las artes gráficas, mayormente formados en talleres de Francia y Alemania desde la segunda posguerra. De esta manera, la propia historia del grabado japonés se ha ido revisitando y mediante el vínculo de la tradición con Occidente estos pintores dan una visión nueva y más integradora al arte de grabar. Este proceso sumamente interesante no trata de sustituir una cosa por otra, sino de integrar metodologías creativas desde las propias vivencias. Esta exposición permite apreciar no sólo el acopio técnico que desde Occidente ha ingresado a la producción de grabados de Japón, sino, sobre todo, visualizar una rica amalgama cultural que sólo el arte puede resolver con éxito.