Por Florencia Sáder.
El cisne, ave asociada a la belleza, es símbolo de poder en la cultura griega: Zeus descendió en forma de cisne para seducir a Leda, de cuyo amor nacieron Helena y Polux. En la religión hindú, protege a las personas purificando sus almas, así como representa la fidelidad y la pureza del amor entre el hombre y la mujer. El cisne es parte de los mitos medievales que universalizó la música de Wagner. También ocupa un papel central en el trabajo de muchos otros artistas, como Miguel Ángel, Leonardo, Paul Cézanne o Cy Twombly. También fue pájaro sagrado en tanto símbolo del poeta y de la inspiración, como en Cantos de vida y esperanza, de Rubén Darío, que dio inicio al Modernismo, y en la obra de muchos poetas del siglo XIX que glorificaron su belleza mítica.
Nicolás García Uriburu nació en Buenos Aires en 1937. Fue arquitecto, artista plástico y pionero del Land Art. Exhibió sus obras en los principales museos y galerías del mundo. Su trabajo fue reconocido mediante varios premios. En 1998, obtuvo el Gran Premio de Pintura Nacional y, entre los premios internacionales, recibió el Prix Lefranc (París, 1968), el Primer Premio de la Bienal de Tokio (Tokio, 1975), y el Premio a la Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes (Buenos Aires, 2000).
Desde 1968, cuando realizó la coloración del Gran Canal de Venecia durante la Bienal, intentó dar, a través de sus intervenciones a gran escala en la naturaleza, una señal de alarma contra la contaminación de ríos y mares. Fue realmente un adelantado para su época, uno de los primeros ecologistas, cuando ni el concepto ni la palabra estaban de moda. Con su arte, provisto de cierta significación política, denunció las tensiones entre la naturaleza y la civilización, y entre el hombre y la civilización.
Vecino de Punta del Este, pasó largas temporadas en su casa de Laguna del Sauce, pintando escenas de la naturaleza que lo rodeaba. La importante pintura que hoy se puede ver en la Galería del Paseo retrata con su particular estilo una escena de ese lugar.
García Uriburu desarrolló, en paralelo a su carrera artística, una importante labor social. Se destacó en la defensa del medioambiente mediante acciones como las múltiples plantaciones de árboles, tanto en el Río de la Plata como en Europa. En 1982, el artista plantó cincuenta mil árboles en las calles de Buenos Aires, acción que repitió en varias ocasiones. También realizó una serie de pinturas en las que representa especies en vías de extinción, paisajes y animales sudamericanos. En 1981, junto al artista alemán Joseph Beuys, coloreó el Rin y plantó siete mil robles durante la Documenta 7 de Kassel.
En nuestro país fue miembro fundador del Grupo Bosque, con el que participó en las campañas de reforestación de Maldonado. Hoy este colectivo está un tanto olvidado, aunque merecería volver a retomar su actividad, ya que la deforestación sigue siendo un problema ante el avance de la construcción. La falta de aplicación de las normativas, que obligan a los que talan árboles a reponerlos plantando otros, no se fiscaliza, por lo tanto no se cumple.
En Argentina, García Uriburu presidió una fundación que lleva su nombre, dedicada al estudio del arte de los pueblos originarios de América. Además, fue un generoso mecenas, donó en vida al Estado uruguayo una importante colección de pintura y escultura uruguaya, con obra de artistas de la talla de José Belloni, Edmundo Prati, José Cúneo y Rafael Barradas, entre otros. El Museo Colección Nicolás García Uriburu funciona en el predio de lo que fue la Escuela 2 de niñas de Maldonado, hoy parte del Cuartel de Dragones, perteneciente al Ministerio de Defensa, aunque el museo es gestionado por la Intendencia de Maldonado. Se encuentra en las calles 25 de Mayo y 18 de Julio de dicha ciudad.
García Uriburu falleció en 2016 en la ciudad de Buenos Aires.
La Galería del Paseo se encuentra en el kilómetro 164 de la Ruta 10 en Manantiales. Está abierta todos los días de la semana.