Por Gabriela Gómez Téliz.
Jorge Doldán (Montevideo, 1953) dio un giro a su vida cuando una mañana, mientras caminaba por la playa luego de un temporal, “la sal” le trajo un trozo de madera que le inspiró crear algo. Desde ese momento se originó una complicidad entre el artista y el mar, que le sigue acercando materiales, los que luego limpia y clasifica para transformarlos en cuadros.
La exposición que puede apreciarse en el entrepiso del Palacio Salvo, es una muestra de lo que le ha inspirado este proceso creativo. Se trata de una serie de cuadros construidos a partir de estas “pesquisas matinales” en la costa rioplatense que terminan formando parte de hermosos cuadros, muy cálidos, por el material en sí mismo y por la delicadeza de las construcciones que van respetando un cierto orden predeterminado y que el artista va distribuyendo como en un proceso mágico donde la madera le indica qué debe hacer. En esta serie de ensamblaje de maderas del mar, hay elementos que se repiten y que el artista utiliza para guiar sus construcciones: siempre está representado el sol en sus cuadros, por supuesto el mar, y además expone unas estructuras hechas en madera, suerte de edificaciones, o nucleamientos barriales con sus torres, campanarios, recovecos, y escaleras; mezcla de juguetes y estructuras para imaginar mundos maravillosos.
La presencia recurrente del sol en los cuadros hace pensar en la escuela constructivista, en la simbología y los signos que son característicos de este movimiento, pero Doldán se apura en aclarar que no sigue estas reglas: “La madera es la que define mi obra, no es que yo quiera hacer un formato constructivista, por ejemplo, porque no me adhiero ni sigo ninguna de las reglas del constructivismo. La madera que utilizo normalmente es cuadrada, de perfiles regulares, y esa forma me lleva, porque parto sin diseño, a una construcción parecida a la de Torres García pero sin todo el simbolismo”.
Ensamblajes… es una hermosa exposición para apreciar sus pequeños detalles e imaginar las posibles historias que hay detrás de cada trozo de madera que llegó a las manos del artista. Materiales que han sufrido muy pocos cambios, ya que Doldán respeta los tonos y las formas originales: “Me encanta la madera que tiene su historia, su color, porque me inspira y percibo el uso anterior. Sigo determinadas líneas de la madera, hay algunas que se van proyectando porque tengo que encontrar el equilibrio. Trazo relaciones entre las líneas, no quiero hacer cosas perfectas porque no soy un ebanista, necesito conservar la historia de la madera”.
Jorge Doldán
Ensamblajes de maderas del mar. Entrepiso del Palacio Salvo. Plaza Independencia 848.