Por Florencia Sáder.
En la ruta 71, entre el balneario Las Flores y la estación Las Flores se encuentra el Castillo Pittamiglio.
Construido en el año 1956 por el arquitecto Humberto Pittamiglio como su residencia de verano y fin de semana durante los últimos diez años de su vida, fue su segundo castillo. El primero fue el que se construyó a partir de 1920 en la Rambla Mahatma Gandi 633, en el barrio de Pocitos de Montevideo.
Pittamiglio era arquitecto, pero también fue político, empresario, amigo de personalidades importantes, pero sobre todo, se le recordará por su gran conocimiento de la simbología y el estudio de la alquimia. Esto se ve claramente en la estructura y estética de los dos castillos, quizá sus obras más conocidas.
El castillo de Las Flores, de reminiscencias templarias, tiene además un gran jardín con variedad de plantas, símbolos esotéricos, estatuas y diversas figuras animales. Alrededor de la construcción, el castillo tiene un bosque de 80 hectáreas.
Tras la muerte de Humberto Pittamiglio en 1966, sus bienes pasaron a manos de instituciones filantrópicas y del Estado. El castillo Las Flores, fue donado a la Intendencia de Maldonado y actualmente es administrado por el Municipio de Solís Grande y un equipo profesional especializado en la gestión de patrimonio, encabezado por el gestor cultural y museólogo José Garín que desde noviembre de 2018 trabaja con éxito en la puesta en valor del lugar.
En las habitaciones del castillo se instaló un museo interactivo y sensorial, donde se presenta documentada información sobre la vida de Humberto Pittamiglio, la alquimia y la simbología, con recursos expositivos y narrativos contemporáneos que incluyen también la inclusión de obras de reconocidos artistas uruguayos. También se montó una réplica de un laboratorio de alquimia donde se realizan talleres y numerosas actividades.
“Buscamos crear un universo de emociones y sensaciones” dijo en algún momento Garín, y bien que lo logran, ya que la muestra en el interior del castillo Pittamiglio de las Flores, está enfocada en muchos de los mitos que se tejen en torno a esta figura.
Una de las leyendas más fantásticas tiene como sujeto nada más y nada menos que el Santo Grial, la copa que utilizó Jesús en la última cena. Dicen que durante los años 1944 a 1988, esta reliquia invalorable para el cristianismo, estuvo escondida primero en el castillo Pittamiglio de Montevideo y luego en el de Las Flores. Según se cuenta, fue el mismo Papa Pío XII que se lo confió a Pittamiglio para sacarlo del Vaticano y ponerlo a salvo del avance de las fuerzas de Hitler, conocido por buscar objetos esotéricos para obtener su poder. Supuestamente la reliquia regresó al Vaticano en 1988, coincidentemente con la visita del Papa Juan Pablo II a nuestro país.
La figura de Humberto Pittamiglio está rodeada de mitos y misterios. Nacido en 1887 en Montevideo, se recibió de arquitecto con apenas 21 años. Cuenta con una reconocida carrera pública desempeñándose como edil, diputado presidente de la Comisión departamental de Instrucción Primaria de Montevideo y Ministro de Obras Públicas. Su excéntrica arquitectura, intencionalmente, confunde, por lo que se puede intentar comprenderla abordándola desde varios puntos de vista. El mismo Pittamiglio alimentó durante su vida un aura de misterio, ya que existe más de una versión acerca de ciertos hechos de su existencia. A su fallecimiento a la edad de 78 años, ya había acumulado una importante fortuna equivalente a unos 10 millones de dólares actuales, consistente en numerosas propiedades, solares, viviendas de alquiler, automóviles y numerosas piezas decorativas de gran valor.
Su excéntrica figura de capa roja, media galera y bastón, acompañado de perros dóberman, lo deben haber hecho un personaje por demás pintoresco para sus vecinos de Montevideo y Las Flores de la primera mitad del siglo XX.
Su legado y sus muchos misterios nos esperan en el Castillo Pittamiglio a unos 40 kilómetros de Punta del Este y unos 90 de Montevideo.
Abierto de miércoles a viernes de 10h a 17h y de 10h a 18h sábados y domingos.