Por Florencio Vega Vilches.
La Noche de las Antorchas
Cuando oímos hablar de La Paz, a muchos nos viene a la mente la capital boliviana y sus alturas; o la localidad de Canelones, zona de granjas y consolidada como ciudad satélite de Montevideo. Pocos, colonienses casi todos, nos imaginamos Villa La Paz, también conocida como Colonia Piamontesa, geográficamente situada al este del departamento de Colonia, en el eje exacto entre sus hermanas mayores en población: Rosario, Colonia Valdense y Nueva Helvecia.
Ubicada estratégicamente en una altura y a orillas del río Rosario, La Paz fue fundada por Doroteo García y un puñado de piamonteses el 17 de octubre de 1858. Pujante desde su nacimiento y pionera en el desarrollo del agro, hoy se la conoce como “Cuna de la colonización agrícola” de nuestro país.
Nace una tradición
En ocasión de su centenario, en 1958, los vecinos celebraron recreando los fogones encendidos en los valles valdenses el 17 de febrero de 1848, cuando Carlos Alberto, rey de Italia y duque de Saboya, decretó la libertad civil del pueblo valdense.
Todos los valles del Piamonte estaban a la espera de dicha resolución, por la cual si era favorable se avisarían a través de las almenaras, medio mucho más rápido de comunicación que transitar las sinuosas y escarpadas hondonadas.
Desde entonces, cada 17 de octubre al atardecer, lugareños y visitantes se reúnen en la plaza principal de la localidad y, cada uno con una antorcha encendida, transitan en peregrinación las calles de la villa hasta un gigantesco fogón que ilumina la noche coloniense.
Este evento, hoy conocido como Noche de las Antorchas, ha cobrado tanta relevancia que reúne a miles de curiosos participantes, ávidos de ser parte de esta peculiar celebración.
Pueblo chico, patrimonio grande
A pesar de su escaza población y su extensión urbana acotada, La Paz tiene un vasto patrimonio, cuenta con cinco Monumentos Históricos Nacionales y –en su centro neurálgico– la obra de uno de los escultores más representativos de nuestro país.
Son estos monumentos el Templo Evangélico Valdense (de 1877), primero de esta corriente religiosa en América del Sur, único con dos torres que representan las mamas de una madre; la Casa de la Administración, la edificación más antigua de la villa, construida entre 1858 y 1859, que conserva sus características primarias, salvo el mirador que se agregó en el transcurso del siglo XX; el Puente Negro sobre el río Rosario, primer puente carretero de hierro de Uruguay, inaugurado en 1902 para potenciar el desarrollo local uniendo La Paz con Rosario; en camino Rossell y avenida Armand Ugón se ubica la antigua Casa Griot, original de 1862, llamada “La Azotea” y sitio donde el pastor Daniel Armand Ugón fundó en 1888 el primer liceo rural del país; finalmente, se encuentra el Molino Bonjour, construido en 1877, que a rueda hidráulica producía diariamente 2.500 kilos de harina.
En el centro de la plaza Doroteo García se yergue el Monumento al colono, realizado por José Belloni en 1958, que representa a un labriego en actitud contemplativa, con sus manos sobre su herramienta, aferrándose a la tierra que le da el sustento.
Colonia madre de colonias
Siendo el primer asentamiento valdense, con el tiempo, los paceños fueron conformando núcleos poblados alrededor de templos evangélicos, en otras tierras. Así, Colonia Valdense, Cosmopolita, Artilleros, Tarariras y San Pedro (en el departamento de Colonia), colonias en el litoral uruguayo y en Rocha, son semilla nacida del pueblo de La Paz, al igual que en Argentina, donde se han desarrollado colonias de valdenses en Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y el Chaco, y en la zona de Pelotas, Río Grande del Sur, en Brasil.
Una historia tan rica como su patrimonio cuenta este poblado que se divisa alto al cruzar el puente llamado Blanco, aproximadamente a 127 kilómetros de Montevideo y que recomendamos conocer, girando al sur por el Camino de los Sauces, en cualquier época, pero especialmente en su semana de aniversario, la que contiene el 17 de octubre, en la que se preparan una serie de festejos en los que abunda la tradición.
(Agradecemos el aporte de fotos e información de Álex Jourdan, vecino e integrante del grupo de artesanos de La Paz).