DOSSIER CRÍTICO / TELEVISIÓN
Por Diego Faraone
The Knick, una serie de Steven Soderbergh
La vanguardia defectuosa
Es la Nueva York del 1900: la ciudad recibe en sus puertos oleadas de inmigrantes, dando lugar a una creciente reclusión en guetos, luchas de poder y crimen organizado. Y además es una época en que la medicina avanza a pasos agigantados. Se dice que en tan sólo cinco años las innovaciones técnicas aplicadas superaron a las que tuvieron lugar en los quinientos años precedentes, y esta serie se sitúa de pleno en este universo. La acción se instala en los sombríos pasillos del ficticio hospital Knickerbocker, ubicado en las inmediaciones de un barrio marginal. Liderado por el intrépido cirujano John W. Thackery (Clive Owen), el plantel médico hace frente diariamente a un ejército de convalecientes, provenientes principalmente de los estratos sumergidos: inmigrantes violentados, obreros con hernias, indigentes infectados, madres que mueren durante el parto, niños lívidos, delincuentes baleados. Pero el Knickerbocker (alias “The Knick”) es más que un hospital: es un espacio para la experimentación, un laboratorio donde tienen lugar algunas de las más importantes innovaciones médicas. Siempre en la vanguardia, Thackery utiliza cuanto descubrimiento técnico y científico tenga lugar para hacer frente a una alta tasa de mortalidad.
Los primeros diez minutos del primer capítulo suponen un shock considerable, y un buen filtro para que deserten los espectadores que no puedan soportar una serie con estas características: la sangre fluye a raudales, hay detallismo en las incisiones y la primera paciente muere en plena operación. Y es que el enfoque se encuentra precisamente en las vicisitudes, las complicaciones que debían afrontar los médicos en los quirófanos y que los llevaba a que sus pacientes perecieran sistemáticamente. Para un espectador cualquiera, incluso uno no familiarizado con los rudimentos de la medicina, serán notorias las fallas, las carencias, los múltiples descuidos en los que incurrirán los protagonistas, interviniendo en todos los casos sin guantes ni tapabocas, en el centro de una habitación amplia y concurrida y a todas luces carente de los cuidados higiénicos que hoy se consideran fundamentales.
En su momento, la cocaína no sólo era una sustancia legal sino que además se consideraba un anestésico eficiente, y no eran pocos los médicos que la testeaban en sí mismos para interiorizarse de sus efectos. De esta manera, el protagonista desarrolla una profunda adicción, requiriendo imperiosamente reiteradas inyecciones para sobrevivir a las interminables jornadas al frente de The Knick. Como para agregar mayor tensión al cuadro, cada vez que el médico es llamado a quirófano recurre a una nueva y consistente dosis.
El director Steven Soderbergh (Sexo mentiras y video, Traffic, La gran estafa) había anunciado su retirada del cine, pero quizá ello sea algo digno de festejos, porque esta serie supera con creces incluso a sus películas más destacables. Una fotografía notable, una construcción coral y de época verosímil, música electrónica deliberadamente anacrónica y envolvente, los sólidos personajes y grandes actuaciones vuelven al planteo irresistible, en un registro que combina el drama histórico y social con algo de acción, como si se conjugaran la recreación violenta y sucia de Pandillas de Nueva York con la tensión hospitalaria propia de series como House y ER. The Knick es una válida aproximación a lo que podría haber sido la medicina hace más de cien años, y nos recuerda que, así como los personajes cometen errores garrafales en sus procedimientos, de la misma manera los más prestigiosos médicos de hoy deben estar incurriendo en falencias comparables, de las que seguramente sólo entraremos en pleno conocimiento dentro de años, cuando otros avances sepulten o cambien las técnicas por los que nos regimos, convencidos de que son las correctas.
The Knick.
Director: Steven Soderbergh.
Guion: Jack Amiel, Michael Begler, Steven Katz.
Elenco: Clive Owen, Andre Holland, Jeremy Bobb, Eve Hewson, Michael Angarano, Chris Sullivan.
Duración: 58 min.
País: Estados Unidos.
Primer episodio: 8 de agosto de 2014.
Emisión: Cinemax.