Pablo Helguera es artista, nacido en México en 1971, y es autor del Manual de estilo del arte contemporáneo escrito en 2005. Este manual es un compendio irónico sobre el mundo del arte y pretende enseñarnos cómo tenemos que movernos dentro de él para llegar a ser un artista exitoso. Irónico pero veraz al mismo tiempo. En este blog siempre estoy atento a aquellas ideas que nos sirvan para comprender cómo se mueve el mundo del arte y cómo movernos nosotros dentro de él. A continuación les dejo un fragmento para que vayan haciendo boca cuando lean el texto completo, que se puede bajar gratis desde este link:
http://vereda.ula.ve/curador/assets/docs/PH_MANUALDEESTILODELARTECONTEMPORANEO_PabloHelguera,SF.pdf
“El mundo del arte es considerado por algunos como el juego intelectual más sofisticado jamás inventado. Para aprender a jugarlo, es útil para el estudiante novicio imaginarse al MA como si fuera un juego de ajedrez.
Tomando esa premisa, nos encontraremos con que el mundo del arte cuenta con toda clase de equivalentes a este antiguo juego, a saber:
el rey (el director del museo)
la dama (los coleccionistas o trustees)
los curadores (las torres)
los galeristas (los caballos)
los críticos (los alfiles)
los peones (los artistas)
Como las piezas de ajedrez, cada uno de los personajes que penetran el tablero se desplazan de acuerdo a los movimientos preestablecidos del juego. Los desplazamientos de las piezas, a diferencia del ajedrez, pueden ser de distinto tipo: Desplazamiento social: el relacionarse con alguna otra pieza del tablero.
Desplazamiento económico: el controlar una pieza o piezas a través de adquisición económica (comprando obras de artistas o contratando curadores, críticos, etc.) Desplazamiento político: adquiriendo un puesto de influencia (director de una bienal, etc.)
Comenzamos por el rey -el director del museo. Esta en teoría es la pieza clave del partido, puesto que el que lo captura o controla gana el juego. El rey/director de museo, sin embargo, y como bien lo saben los ajedrecistas, es una pieza de valor contradictorio, pues a la vez de considerarse la pieza más importante por otra parte no tiene poder alguno por sí sola. El rey tiene un campo limitado para maniobrar, de casilla a casilla. Su poder radica exclusivamente en su estrategia y en su apoyo infraestructural, encabezado por supuesto, por la dama.
La dama (o el coleccionista, y en la mayoría de los casos, el coleccionista que se involucra como parte de la mesa directiva de un museo o board, y en ciertos países, la persona que administra la cultura) es la pieza más poderosa del tablero. Es la pieza que tiene más recursos de movilidad (movilidad económica, en términos del MA). La dama se mueve por todo el tablero y puede capturar a cualquier otra pieza, convirtiéndose en elemento definitorio de la partida. Su inefectividad o incapacidad de maniobra, por otra parte, garantiza la pérdida de la partida. Es el peor error en el juego el enemistarse con la dama, puesto que estas son capaces de hacer y deshacer las carreras de todos los demás, incluyendo la del rey.
Las torres (los curadores) tienen poderes unilaterales que dependen del apoyo que les puede otorgar la dama y otros elementos. El poder de las torres depende de su posición en el tablero, lo cual explica el que algunos curadores tengan más poder que otros. Sin embargo, estas posiciones son altamente transitorias. En ciertas ocasiones, como en los finales (el equivalente a las bienales y eventos con alta atención internacional) la influencia del curador es vital. Ciertas alianzas con las torres son vitales, como por ejemplo la torre y la dama. las torres son vitales, como por ejemplo la torre y la dama.
Los alfiles (los críticos) siempre se mueven de forma diagonal, por no generar la impresión de que tienen tendencias de izquierda o derecha. Son los que constituyen el peso moral del juego, de ahí su asociación con la figura religiosa. De forma igualmente diagonal, sin compromisos, el alfil tiende a apoyar de lejos a los peones, (sus artistas favoritos) y a generar mancuernas con estos que son muy difíciles de romper para piezas importantes, hasta para una dama.
El caballo (los galeristas) es una pieza impredecible y de largo alcance, aunque su valor como pieza es solo mayor al peón. Viajan lejos (a ferias), llevando a sus artistas con ellos. Bien utilizados, los caballos pueden asegurar el éxito de un juego. Aquellos que montan el caballo adecuado pueden llegar, sin duda alguna, al éxito.
Los peones son, como dijimos antes y por supuesto, los artistas: las piezas a la vez más importantes e irrelevantes. Constituyen las piezas más populosas del tablero, dada su constante proliferación por las escuelas de arte que cada año los produce. Es difícil valorarlos individualmente al principio del juego. Sin embargo, conforme van avanzando, los peones comienzan a recibir apoyo de las otras piezas. Un peón que avanza al frente de las trincheras del tablero se considera peligroso, y sus contrincantes harán todo lo posible para exterminarlo. Sin embargo, en estas ocasiones, el peón avanzado adquiere tanto poder que se convierte en una pieza preciosa para aquellos que están aliados con él, y este apoyo adicional le permite ocasionalmente llegar a la octava casilla para coronar-o sea, consagrarse como potencia en la historia del arte. Una vez coronado, el peón se convierte en Dama y de ahí en adelante es capaz de maniobrar con el mismo poder que la pieza más importante del tablero.”
Datos biográficos de Pablo Helguera
Artista visual residente en Nueva York. Su obra suele presentarse en formatos poco usuales, ya sean simposios imaginarios, grabaciones en fonógrafo, audioguías para exposición, o museos nomádicos. Helguera parte de investigaciones históricas o de preocupaciones relacionadas a la naturaleza misma del arte, la percepción y el papel que juega la cultura en la política y la sociedad, combinando estrategias literarias y musicales, así como estrategias pedagógicas.
Helguera ha presentado su obra a nivel individual en el museo de Arte Moderno de Nueva York (performance: Parallel Lives, 2003) y en el Royal College of Art de Londres (Los del Este, 2004). Asimismo, ha participado en la octava Bienal de la Habana (2003) y en PERFORMA, la primera bienal de performance de Nueva York. Asimismo, su obra se ha mostrado en el Shedhalle de Zurich, PS1 en Nueva York, el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, la IFA galerie de Bonn, el Museo Metropolitano de Tokio, el museo MALBA de Buenos Aires, Ex-Teresa Espacio Alternativo de Mexico, DF, Sculpture Center, Bronx Museum, entre muchos otros, así como en Berlin, Zagreb, Atenas, Eslovenia, São Paulo, Bogotá, Chicago y otras ciudades. Su obra ha sido reseñada por Artforum, the New York Times, Art in America, Tema Celeste y Art Nexus.
Como promotor cultural y educador, Helguera trabajó por 15 años en instituciones culturales de Estados Unidos, siendo director de programación educativa del museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York desde 1998 a 2005. Como parte de su labor como educador, organizó más de 500 programas educativos al público. Ha sido co-director del foro de expertos de Arte Contemporáneo de la feria de ARCO en Madrid desde el 2003 y fue director de la 5a edición de SITAC en la ciudad de México (Mitos de Permanencia y Fugacidad, 2005). Ha sido jurado de la Bienal de Guatemala y San José, Costa Rica y del certamen nacional de arte contemporáneo de San Juan, Puerto Rico.
Su primer libro, “Endingness” (Terminalismo) se publicó este año, así como el “Manual de estilo del arte contemporáneo”. En el 2005 recibió la beca Creative Capital así como una residencia en el Banff Art Centre de Canadá.