Candombe, un álbum de tributo y proyección.
Por Carlos Dopico.
Lleva más de la mitad de su vida vinculada a la música y más de una década como intérprete y compositora, desde que en 2012 irrumpió con Afrozen, el primero de sus cuatro álbumes. Y si bien desde un principio el candombe fue parte de su ADN musical, presente en cada edición, en ninguno tan decididamente protagonista como ahora. Precisamente, desde el título es explicito lo que Julieta Rada (34 años) pretendía esta vez.
Candombe es un álbum que pretende no solo rendir tributo a este ritmo ancestral, sino homenajear a su propio padre, Ruben Rada, figura insigne del género en Uruguay. Sin embargo, lejos está de un regodeo familiar o una interpretación tradicional. Lo que Julieta plantea a lo largo de ocho canciones es encontrar una nueva dimensión musical por medio del crossover de géneros como el funk, el rythm & blues o el jazz, algo que han ya ensayado con aplausos desde Opa hasta el propio Ruben. Radicada hace dos años en Nueva York, sintió la necesidad de hacer algo de raíz y comenzó a bucear en un repertorio patrimonial.
El álbum abre con “Birucuyamba”, pieza insigne de Pedro Ferreira, director de la orquesta Cubanacán y a quien en repetidas ocasiones el propio Rada confesó haber “robado todos los piques”. El segundo tema es “Baile de candombe”, un afrobeat, de autor desconocido que se cree que Ferreira importó tras su exploración cubana y que Julieta decide abrir a pleno con una cuerda de tambores. El tercero es autoría de Ruben, “Adiós a la rama”, un candombe pop de Alegre caballero para el que Julieta convida a Fito Páez, amigo de la familia, en piano y voz. Le sigue “Consejo de Eros”, de La Calenda Beat (proyecto inspirado en aquel que en el 82 fundó Lobo Nuñez), en el que el invitado esta vez es el cubano Pedrito Rodríguez. El quinto tema, “Se abre el portón”, una pieza de Hugo Fattoruso que fuera parte de su álbum Fatto in casa, antecede a “Botija de mi país”, la mítica coautoría de Rada y Eduardo Mateo, para la cual Julieta convida a su padre. Con un tono predominantemente grave y sin piruetas vocales, Ruben pone el tono justo a la interpretación.
“Llamando”, aquel candombe que Mariana Ingold grabó en 1991, es ahora versionado por Julieta junto con la cantante y compositora puertorriqueña Ile. Mientras que “El tambor”, el tema que abre aquel 7 y 3 en que Jaime Roos grabó con los gritos de Fierrito (“Aguante piu”, “Con fuerza che”) es el elegido esta vez para cerrar. La canción está bajo la producción artística de Juan Campodónico, quien asume la versión de aquella pieza new wave en la que Jaime mezcló magistralmente máquina de ritmos, lonjas y hasta cacerolas percutidas. En definitiva, una obra potente, con una producción prodigiosa (responsabilidad en gran parte del baterista argentino Juan Chiavassa, mezclado por el pianista también argentino Leo Genovese) que le otorga a Julieta credenciales suficientes como nueva embajadora cultural.