Por Carlos Dopico.
La opereta discográfica de La Tabaré.
A 38 años de su gestación, la legendaria banda uruguaya de art rock La Tabaré regresa con diecisiete flamantes canciones como parte de una nueva opereta discográfica: Urutopías.
Este decimocuarto trabajo de estudio, sucesor de Blues de los esclavos de ahora (2017), se presenta en dos actos, cara A y B de un inminente vinilo, subdividido en escenas e intercalado con misceláneas poéticas/teatrales en las que el conocido Sapo de Darwin cuestiona los cánones establecidos y aparece aquí, una y otra vez, como Textículo de los Melanophryniscus Montevidensis. “Tenía la idea de que en este charco pudiera haber unos sapitos rebeldes que todavía pudieran gritar o abrazarse y festejar”, confiesa Rivero.
Este es un disco urgente y sin aliento, en el que las canciones se hilvanan sin pausa ante el clamor por la libertad, el placer, el amor, el respeto y la conciencia ecológica, y se plantan subversivas en un claro llamado a desobedecer, a saber perder, descomponer, demoler, morder y volver a empezar. “Después de El Cabarute o Que revienten los artistas –que tienen una cosa más acústica–, esta vez yo quería hacer rock progresivo, pesado, no metal pero sí filoso”, advierte el músico y dramaturgo.
La opereta no es un género nuevo para La Tabaré. Desde los años noventa han llevado al escenario La Ópera de la mala leche, ¿Qué- te-comics-te?, Putrefashion, La sinphonetta inphinitta, La micción y la más reciente La euforia de los derrotados. Sin embargo, hasta ahora, discográficamente no habían editado un registro como tal.
“Podría haberle puesto opereta al Rocanrol del arrabal, o al Yoganarquía porque ambos son obras conceptuales y sin pausa. No lo hice. Yo creo que es importante defender la obra porque hoy te quieren ofrecer que compres un capítulo en vez de un libro y son cosas bien distintas”, subraya.
A casi cuatro décadas de haber comenzado, La Tabaré deja en claro que “Hoy fue hoy y ya es ayer. La meta nunca está en ningún lugar”. Quizás esa es la razón fundamental para seguir insistiendo, batallando, cantando en susurro y a los gritos.
Urutopías fue producido por Alejandro Ferradás, un ex miembro de los más treinta cinco que han desfilado en las distintas formaciones de La Tabaré, una banda que se ha reinventado en cada estación, que ha mezclado diversos estilos y consolidado una puesta en escena teatral a sus presentaciones en directo.
Sin pretenderlo, a sus 66 años, Rivero se ha transformado en un atento cronista musical. “Nunca me lo propuse, pero por tener conciencia del lugar y el instante en el que vivo me gusta hablar de eso. Me lo planteé desde el primer disco, cuando otras bandas querían emular a los jóvenes neoyorkinos, londinenses o argentinos, nosotros buscábamos otra cosa, la identidad de acá; cantar como uruguayos y a la uruguaya. Por eso siempre insistía en que no hacíamos rock, sino música eléctrica, rocanrol tercermundista”.