Más noble que una lechuga.
Por Carlos Diviesti.
Convengamos que Flash es una buena película y, en ciertos tramos, hasta muy buena; que tiene enormes estrellas –a las que a lo mejor ya se les pasó su cuarto de hora– en roles menores pero con personajes protagónicos; y que actualmente se habla de ella como un fracaso catastrófico en cuanto a sus recaudaciones en Estados Unidos, de acuerdo con las expectativas generadas. Más que analizar el desbarajuste que provoca Barry Allen en su faceta de Flash cuando intenta remediar la trágica muerte de su madre y produce un multiverso donde se superponen las posibilidades de la realidad (excelente el momento, apenas una imagen, en la que Nicolas Cage aparece con los atributos del Superman que nunca pudo filmar), debiéramos pensar en por qué esta clase de películas ya no funciona como funcionaba. Marvel quizás tenga vía libre para generar sus tanques mastodónticos porque haya entendido que el cine, hoy, para poder competir con las plataformas on demand o incluso con aplicaciones como Youtube o Tik-tok, debe ser un prolongado continuum de estímulos audiovisuales en una gran pantalla. Y si tiene vía libre –habrá que analizar también cuán libre es– se debe a que esa estrategia sigue siendo muy redituable. A DC Comics, organismo más proclive a trabajar sus argumentos con dramaturgias más canónicas que algorítmicas, el asunto le cuesta demasiado. Debiéramos considerar que actualmente los umbrales de atención son más limitados en cuanto al tiempo respecta, y que el desafío no radica sólo en contar historias que involucren problemas filosóficos (¿son tiempos éstos para reflotar los Batman a la Christopher Nolan?). Esto último se funda en la crítica que se hizo a los efectos especiales, por considerárselos pasados de moda. Pero ¿ninguno de esos críticos reparó en que en la trama de Flash se asegura que Eric Stoltz es el protagonista de Volver al futuro? ¿Tan difícil es abstraer que el CGI también puede remedar el diseño de producción de los años ochenta y noventa, tan perfectamente como para creer que la acción de la película se desarrolla en ese tiempo? ¿Adónde nos llevará la literalidad, literalmente?