Por Carlos Diviesti.
Il maestro.
De solo pensar que Ennio Morricone (Roma, 1928-2020) compuso la música para poco más de ¡quinientas! películas, uno podría creer alguna de estas dos cosas: se está frente a un genio absoluto o frente a un artesano habilidoso que, además, trabaja rápido. ¿Y por qué una cosa excluiría a la otra? ¿Ser un genio es la máxima aspiración para un artista, necesariamente?
El documental sobre Ennio Morricone que realiza Giuseppe Tornatore engarza, con la sensible habilidad de un artista, diferentes opiniones sobre un maestro a quien se le impuso el genio por sobre sus propias ambiciones, como demuestra el unánime, festivo y ruidoso reconocimiento final. Pero la película –cuyas dos horas y media de duración incluso son breves–, más que dar cuenta de la gloria del maestro, se preocupa por mostrar la evolución de su trabajo desde que el padre (él también trompetista) lo obliga a estudiar música en el conservatorio anulando el deseo de Ennio por ser médico, pasando por su tarea como arreglador en la RCA (qué hubiera sido de la canción popular italiana sin Morricone…), su pasión por la música concreta y la contemporánea, y su desempeño como compositor de las partituras de cuanta película barata se filmaba en Italia por entonces. Ninguno de esos trabajos Morricone los hizo solamente por la plata.
Bernardo Bertolucci lo dice muy claramente en el último tramo de este documental: Morricone es uno de los pocos artistas del cine que supo aunar prosa y poesía. ¿Érase una vez en América, La misión o Cinema Paradiso serían clásicos de la segunda mitad del siglo XX sin la música de Morricone? El propio maestro lo dice bien claro: “En el cine, mezclar sonidos sin equilibrio puede convertirse en un daño al cine y a la música, ya que es un elemento abstracto añadido a la película y que quizás ni siquiera agregues. Pero si queremos escucharlo tenemos que dejar que sea libre”. Y si al ver esas imágenes no podemos más que asociarlas a cierta música, significa que las emociones dejan huella cuando no hay ruido ni furia.