Por Gabriela Gómez Téliz.
La narradora, dramaturga y actriz Leonor Courtoisie (Montevideo, 1990), obtuvo el premio Nacional de Literatura en Dramaturgia con Duermen a la hora de la siesta y recibió el Premio Moliere a la creación teatral otorgada por la Embajada de Francia. También adaptó para el teatro la novela La mujer desnuda, de Armonía Somers, que fuera representada por el elenco de la Comedia Nacional con el nombre Estudio para la mujer desnuda.
Irse yendo es su primera novela, un extenso monólogo en el que va develando un mundo de cotidianeidad y personajes que al principio nos parecen ajenos, pero que luego los vamos integrando hasta que se vuelvan muy familiares y cercanos. La prosa de Courtoisie es a la vez íntima y arrolladora, muchas veces violenta, pero sin perder un cierto susurro cómplice que es el pequeño hilo que une la narración con el lector. En esta especie de diario o crónica de vida, los episodios están separados en “partes” tituladas someramente, que a medida que avanzamos en la lectura van armando rompecabezas que no queremos dejar de leer o de enterarnos de qué es lo que sigue.
El teatro está muy presente en la novela, a través de algunas situaciones o personajes que podemos reconocer del ámbito teatral montevideano o como tema llevado a la ficción en la obra de teatro que la protagonista pretende representar para sacar fondos y poder cortar las raíces del árbol que está invadiendo la casa, circunstancia que tanto deprime a su madre. También el árbol, como símbolo de la vida inagotable, del crecimiento y la regeneración ocupa en la novela un lugar central al que siempre se vuelve, testigo del pasaje de varias generaciones que ocuparon la casa y tuvieron al árbol como imagen omnipresente.
Intensa y dinámica, íntima y casi confesional, esta novela tiene la particularidad de transmitir muy claramente las imágenes que intenta reproducir, como si de personajes teatrales se tratara. Dice Courtoisie, bajo el subtítulo ‘Didascalias’, en una descripción detallada de la labor del actor: “Hay personajes de exposición grande y personajes de exposición chica. El personaje se ve en los ojos. No podemos aflojar mucho. En tres horas tenemos que contar una historia. No puedo entrar vacío a escena… Estamos todos en escena todo el tiempo. Donde uno baje se nota. La noción del ‘parece que no’ mata el todo. El todo es el que se sostiene”.
Irse yendo. Leonor Courtoisie. Criatura Editora, 2022. 132 págs.