Por Nelson Díaz.
La sustancia del mal, del italiano Luca D´Andrea (Bolzano 1979), es un rompecabezas detectivesco que se rige por tres criterios: el crimen es un enigma, la resolución es el proceso y desvelar la autoría el objetivo.
Además, el investigador será un amateur y dispondrá (como el lector) de los mismos datos y posibilidades de resolverlo. Y, finalmente, la identidad del asesino o asesinos no se nos revelará hasta la última página. Por entre medio gozaremos de múltiples indicios, líneas de sondeo que son un atolladero, giros inesperados y escenas de magnífica ternura en oposición a otras de gran tensión y discreta elegancia narrativa.
Toda la trama gozará de un único y magnífico decorado: las Dolomitas, la montaña carismática del Tirol, la majestuosa cordillera alpina, sugerente e implacable: es la dimensión amenazadora de la naturaleza que Arthur Machen describió -maestro romántico- en sus libros. Y el Bletterbach, un cañón arcaico y galería de fósiles, 8.000 metros de largo y 400 de profundidad, maravilloso parque alpino, museo al aire libre de la formación del Planeta, donde los temporales martillean la tierra y escenario del mutilación en masa protagonista del libro, una incógnita matanza que como una maldición contaminará (a lo largo de 30 años) la memoria de un idílico paraje, en el Alto Adige italiano, con el eco de la imborrable sospecha.
El otro protagonista será un foráneo, el esposo de una joven del valle, un norteamericano que sufrirá el choque de los usos sociales y culturales, un documentalista atónito por un trauma en la nieve y que carga sobre sus hombros todo el peso de sus remordimientos. Las villas típicas y los parajes espléndidos deberían sosegar los dolorosos recuerdos pero despertaran la necesidad de redención, la búsqueda de los homicidas y el compromiso con la verdad. Todos serán presuntos homicidas: los vecinos, la familia, un monstruo antediluviano e incluso el diablo. Porque el mal es difuso, esquivo, socarrón en la negrura de las noches y del pasado. La sustancia del mal (editado por Alfaguara) es una muy buena policial de un género que, en Italia, goza de muy buena salud.