Por Nelson Díaz.
Mientras Robert Allen Zimmerman preparaba su último material discográfico, dos de sus libros fueron reeditados por Malpaso. Se trata del experimental Tarántula y Crónicas I. Memorias, sobre un iniciático Bob Dylan en la fermental década del 60 en Nueva York.
La reedición de sus libros, en su mayoría dedicados a los textos de sus canciones que, desarropados de la música, son poemas, incluyen también sus textos en prosa. En concreto, circula Crónicas I. Memorias, publicado originalmente en 2004, en edición de Malpaso. Se trata de un libro de recuerdos que deambulan por épocas y escenarios siguiendo una ruta imprevisible. Se inicia en 1961, cuando el joven Bob de 20 años recién llegado de su Duluth natal a Nueva York, busca su lugar entre el humo de los bares y los acordes de las guitarras. Ese Dylan iniciático narra, con precisión, sus miedos y dudas, en la Gran Manzana, el poco respaldo y confianza de su padre a su vocación artística, el encuentro con otros músicos, y sus esfuerzos por conseguir su primer contrato discográfico. Dylan, que es un gran escritor, traza un fresco de aquellos años fermentales de la década del 60, sus constantes mudanzas y las peripecias que debe sortear para sobrevivir en un mundo agitado. Los recuerdos no son lineales y en esos saltos aparece su niñez, sus ídolos musicales, su primera guitarra, el viejo Impala en el que llegó a Nueva York, su mudanza a Nueva Orleans, el regreso al ambiente Oh Mercy neoyorquino y la génesis de sus primeras canciones, los años 70 cuando se convirtió en el portavoz de una generación y de la canción de protesta, hasta llegar a 1989, con la grabación de, en Nueva Orleans.
El segundo libro es Tarántula, en edición bilingüe de Malpaso, publicado originalmente en 1967. Se trata de su ópera prima como escritor, y también de una novela experimental y roquera, donde se puede ver la influencia de la Generación Beatnik, especialmente de Jack Kerouac y de Allen Ginsberg. La prosa experimental hace difícil clasificar el libro como “novela” en el sentido estricto del término. Se trata de un patchwok, con largos monólogos, poemas y fragmentos. Se rumorea que Dylan lo escribió en un momento difícil de su vida, que nunca pensó en darlo a conocer y que su representante de entonces negoció la publicación a sus espaldas con la editorial. La otra versión, surgida de la propia editorial, sostiene que fue el propio Dylan quien se presentó una mañana en la editorial, interesado en publicarlo y que, de hecho, sugirió algunas ideas para el arte de tapa. Por momentos, Tarántula recuerda el proceso de escritura automática que pregonaban los surrealistas, en otros pasajes, sobre todo en algunos poemas, podrían ser embriones de sus canciones como el que dice: “Si vas a enviarme algo, / envíame una llave. / Encontraré la puerta / que le corresponde /aunque me lleve el resto de mi vida”.