Por Nelson Díaz.
Amor en Auschwitz
El tatuador de Auschwitz, de Heather Morris rescata una historia real de amor que se fraguó en el horror, logró sobrevivir al exterminio nazi y se extendió durante casi seis décadas.
Abril de 1942. Lale Sokolov ingresa voluntariamente a un campo de concentración con la esperanza de poder salvar a su familia judía. Lo que no sabe el joven eslovaco es que sus padres murieron meses antes de su llegada, hecho del que se enterará años después. Al ingresar a Auschwitz, un tatuador francés, de nombre Pepan, le marca el número 32407. Ambos se hacen amigos y Pepan, ante de enfermar de fiebre tifoidea y morir, le enseña la profesión al joven que pasa a ser el nuevo tätowierer de Auschwitz.
En medio del horror, Sokolov conoce a Gita Fuhrmannoba, una prisionera del campo, a la que debe tatuar con el número 34902. Se enamora de la muchacha. Le consigue raciones de comidas extras, logra cambiarla a un sitio mejor de trabajo dentro del campo y, sin que lo sospechen los oficiales nazis, le envía cartas de amor. Gina duda de la relación –en realidad dudaba de si habría un futuro, fuera cual fuera- pero Lale está convencido de que ambos sobrevivirían. En 1945, meses antes de la llegada del ejército ruso, Gina abandona el campo de concentración. Lale lo hace tiempo después y regresa a Checoslovaquia, donde se reúne con su hermana y el resto de su familia que pudo sobrevivir.
Sin embargo, Lale no pudo olvidar a Gita y decidió viajar a Bratislava, el punto de entrada para muchos sobrevivientes que regresaban a su hogar en Checoslovaquia. La esperó en la estación de trenes durante semanas hasta que finalmente la encontró en la sede de la Cruz Roja. Gita y Lale se casaron en octubre de 1945 y el matrimonio duró hasta la muerte de Gita en 2003. Vivieron en Viena, París y finalmente en Melbourne. La historia había permanecido oculta porque Lale tenía miedo que lo acusaran de colaborador de los nazis. Apenas algunos amigos del círculo íntimo de la pareja sabían cómo se habían conocido. Pero con la muerte de su esposa, Lale se atrevió a contarle la historia a la periodista australiana Heather Morris que algo ya sabía a través de amigos comunes. Durante casi tres años, Morris visitó semanalmente a Lale, cotejó documentos y tras la muerte de este en 2006, decidió publicar la historia. El libro, el primero de Heather Morris, ya lleva más de un millón de ejemplares vendidos y es una de las historias más conmovedoras jamás contadas del Holocausto.