Rápidos y furiosos
Situada en 1917 y en lugares olvidados de los Estados Unidos, Georgia y Alabama y Ohio, El banquete celestial de Donald Ray Pollock (Knockemstiff, Ohio, 1954), editada por Random House, además de ser una novela sobre perdedores, es el retrato despiadado del lado oscuro del american dream. Allí conocemos a los hermanos Jewett que viven en una cabaña mugrienta junto a su padre, Pearl, trabajando para un explotador. Cuando Pearl muere, sus hijos huyen de su vida en una escalada de sangre, violencia y robos. Quieren llegar a Canadá. Esa carrera delictiva está inspirada en la lectura de una novela pulp, titulada Bill, el sanguinario, en la que el bandido es el héroe rebelde de las aventuras.
Los tres protagonistas de El banquete celestial, más otros muchos personajes -como Eula y Ellsworth, que perdieron sus ahorros por culpa de un hijo alcohólico-, son antihéroes porque en esta historia no existen héroes sino buscavidas, hombres y mujeres que salen adelante como pueden, entre sus miserias y grandezas. Donald Ray Pollock, autor de Knockemstiff y El diablo a todas horas, logra una novela trepidante, por momentos cruel y violenta, como un buen western.