Úrsula se acerca y camina más despacio, pasa por el costado, casi pegada a los conos y a la cinta amarilla, se detiene y lo mira: no logra sentir nada por un muerto tan invisible. Es como si pasara al lado de un montón de escombros, aunque asome el zapato marrón del hombre que ahora sabe viejo y gastado. Aspira y huele: alcohol, guiso, miseria. Huele la tristeza. Úrsula lo piensa y se decide, levanta un pie y pasa al otro lado de la valla, saca su teléfono y se toma una selfie con el zapato marrón que sobresale del plástico negro. A veces tiene la sensación de que le está por suceder algo maravilloso y absurdo, algo muy loco, una finta o un galanteo con la muerte.
De esta manera, Mercedes Rosende teje en Qué ganas de no verte nunca más una novela negra vertiginosa y atrapante. Como caracteriza a la autora, la psicología de los personajes es tan sugestiva como la acción que los acompaña. En este caso, la historia se desdobla en múltiples relatos ambientados en una Montevideo oculta y poco común para los simples mortales. Intrigas, muertes, robos, corrupción, chantaje y secretos rodean a la protagonista y dan vida a esa ciudad que se mueve en las tinieblas y en un túnel que, aunque oculto, permanece en la memoria.
Qué ganas de no verte nunca más, de Mercedes Rosende. Editorial Planeta, 2019, 313 págs. Distribuye Planeta.