Media verdad al revés
Esta obra del colectivo El Almacén es una muestra del excelente nivel que tienen sus puestas. Se trata de un planteo original, con actuaciones precisas y una dirección efectiva que demuestra que es posible hacer comedia sin chistes tontos ni caer en las recetas repetidas hasta la náusea de los chantajes emocionales o golpes de efecto previsibles. En suma, es una comedia que basa su impacto en la originalidad y en la sorpresa, que es la forma más noble de realizarlo, la que le exige al público algo de esfuerzo y lo recompensa con la concreción de múltiples situaciones en las que el humor se detona de manera voluntaria y exacta.
La anécdota es sencilla: unas amigas se juntan para una despedida de soltera, obviamente de Claudia. Lo original es que como consigna de la velada se realiza un cambio de roles que implica asumir una identidad diferente, convenio del que no se libra el único hombre del elenco (Jonathan Parada) al momento de incorporarse al grupo. Como sucede desde las épocas del carnaval de Venecia, la posibilidad de vestir una máscara permite al individuo liberar partes habitualmente reprimidas de su personalidad, y así cada uno asume un personaje que le permite librar ese aspecto oculto. El problema surge porque esos rasgos suelen estar ausentes en las dinámicas grupales, y eso da pie a la aparición del conflicto y, con él, del teatro.
La historia se narra como una sucesión de situaciones escénicas a través de las cuales se van develando aspectos de los personajes que son revelaciones para ellos mismos.
Atravesando todas las historias, Claudia, la mujer que se casa, es la única que mantiene su identidad a lo largo de toda la obra y va deconstruyendo y reconstruyendo las relaciones con sus amigas (y con el intruso que llega del mundo exterior), de forma tal que no todas podrán volver al mundo exterior.
Las actuaciones son fabulosas, pero queremos destacar la fineza del personaje que compone Ana Isabel Fernández y el de Jonathan Parada, que cumple el rol de espejo ante el que se van explicitando los aspectos ocultos de (casi) todos los personajes femeninos (masculinos).
Inteligencia en acción. Hay que verla.
Dramaturgia: Leonardo Martínez.
Dirección: André Hübener.
Elenco: Lucía Bonnefon, Mariana Escobar, Ana Fernández, Mariel Lazzo, Jonathan Parada, Viviana Stagnaro, Camila Vives.
Diseño de vestuario: Cecilia Bello.
Diseño de escenografía: Cecilia Bello.
Diseño de luces: Ana Fernández, André Hübener.
Realización de escenografía: Pablo da Silva.
Fotografía: Lucila Muñecas.
Diseño gráfico: Gabriel Costa.
Puesta en escena: André Hübener.