Interpretación simultánea Alemán – Español: Cecilia Bassano
Fotografías: Claudia Herzog
«Es como si un trozo de mi corazón estuviese aquí y, de pronto, lo encontrase», expresa el dramaturgo y novelista suizo Lukas Bärfuss, al reflexionar sobre el auge que han tenido sus obras en América Latina. El renombrado escritor, nacido en Thun en 1971, ha sido testigo de la traducción de sus creaciones a más de veinte idiomas. Asimismo, ha sido el ganador de diversos premios literarios y este año fue nominado al célebre premio de la literatura de Leipzig por su novela «Hagard». De todas formas, no representa el prototipo de escritor torremarfilista, sino que se encuentra verdaderamente inmerso en la situación social y política de su país de origen. Por otro lado, visitó Montevideo en ocasión del Ciclo Bärfuss sudamericano y la Comedia Nacional estrenará su obra «Málaga», el sábado 16 de Septiembre en la Sala Verdi, como parte de la conmemoración de sus 70 años.
El Ciclo Bärfuss, cuya génesis se remonta al año 2010 en Buenos Aires, se reinventa y se vuelve internacional incluyendo a Santiago de Chile y Montevideo en sus coordenadas. Este acontecimiento se encuentra coordinado por Cecilia Bassano, actriz y directora argentina quién acompañó al escritor de manera constante, llevando a cabo su labor de intérprete de manera excepcional. Además, es Bassano la traductora de la versión de «Málaga» utilizada por la Comedia Nacional, a estrenarse próximamente. De este modo, la ciudad de Montevideo se vio enriquecida por la figura de Bärfuss del 1° al 3 de Septiembre, con un programa muy vasto que logró satisfacer los intereses más diversos. Éste constaba de la representación de una de sus más aclamadas obras en las instalaciones del Teatro El Galpón; «Las Neurosis sexuales de nuestros padres». Luego, se realizó una mesa redonda, en la Sala Verdi, con tres directores de sus obras; Bettina Mondino, quien dirige «Málaga», Walter Rey, director de «Las Neurosis sexuales de nuestros padres» y Sebastián Barrios, cuyo trabajo fue en base a «La prueba». Asimismo, se realizó una Master Class con las tres participantes de la lectura dramatizada de su nueva obra «La Señora Schmitz»; Valeria Dos Santos, egresada de la escuela del Teatro Circular, Lucía Pereira, estudiante de cuarto año de la EMAD y Valeria Bauzá, estudiante de la escuela del teatro El Galpón.
Sin duda alguna, es innegable que la genialidad del escritor suizo irradia por doquier, más allá de su naturaleza amable y de extrema modestia. Durante el preámbulo a la mesa redonda, Bassano menciona como Bärfuss ha reiterado en diversas ocasiones que, mientras que existen autores que escriben sobre lo que conocen, él escribe para conocer. Además, en esta reunión con los directores, el laureado narrador exhibe una anécdota cuyo carácter se relaciona con aquel de sus textos; extremadamente cotidiano pero, a la vez, increíblemente mágico. Decide generar una analogía entre la figura de su madre y su experiencia con el teatro. Expone como su madre trabajaba de barwoman y describe su ritual previo a cada jornada laboral; a las cuatro de la tarde planchaba sus camisas con volados de los años ochenta, se cambiaba, se perfumaba y en medio de una nube de vapor pasaba de ser una ama de casa, a ser una reina de la noche. Siguiendo esta analogía, continúa expresando lo siguiente; «Siempre vi la enunciación de esta transformación porque totalmente transformada ya estaba en el bar pero, como niño, no podía ir al bar porque ella siempre trabajaba de noche. Siempre que la volvía a ver, volvía a ser la ama de casa, la madre y hubiera dado el mundo para poder ver a la reina en su reino y eso se me repite en el teatro. Pienso que la próxima vez podré entender la obra, el secreto de Dora [personaje principal en «Las neurosis sexuales de nuestros padres»], pero no lo entiendo.»
De este modo, se visualiza como el célebre Lukas Bärfuss destila narraciones deslumbrantes, como cada frase que exhibe se vuelve parte de una red interminable de creaciones. Así fue que la capital uruguaya floreció ante su presencia y lo seguirá haciendo con cada argumento que su imaginación confeccione.
Mediante una instancia llevada a cabo en el Instituto Nacional de Artes Escénicas, la Revista Dossier conversó con el célebre autor sobre su renombrada obra «Málaga».
Su obra «Málaga» forma parte de la conmemoración de los 70 años de la Comedia Nacional. ¿Cómo se siente ante dicho acontecimiento?
Me alegro mucho por mis personajes, quienes tendrán el honor y la alegría de poder conformarse ahí. En realidad, es un milagro porque estas historias, que fueron concebidas en un contexto europeo, pueden ser comprendidas en otro lado del mundo y eso me gratifica muchísimo; me alegra y me llena de entusiasmo.
¿Cómo le describiría el argumento de esta obra a un potencial espectador?
¡Buena pregunta! No se si tendré una respuesta buena para esto porque, por supuesto, la creación se conforma siempre desde la oscuridad, porque suceden ciertas cosas que no puedo controlar. Pero creo que, a veces, hay cosas muy pequeñas que te modifican en la vida. Muchas veces no son las grandes catástrofes las que te matan, sino las pequeñas. Por ejemplo, cuando la babysitter está enferma, en realidad, es ridículo. Pero si en una vida está todo tan cronometrado, todo tiene un equilibrio, a veces se necesita una pequeña cosa para que todo se encuentre desequilibrado. Al principio, yo quería hacer una obra que comenzase como una comedia y terminase como una tragedia, quería encontrar el punto exacto donde hay una vuelta, un giro. Pero, en realidad, escribir concretamente es un impulso musical porque estas voces, de alguna forma, son duetos e intento componer esos duetos para que en teatro suene como un todo. Por eso, para la Master Class no hay que tener a los diálogos como dos cosas diferentes; es un todo, en realidad.
Su obra se enfoca en la dimensión de lo privado dentro de un núcleo familiar. ¿Cómo cree que esta idea se relaciona con la contemporaneidad donde se evidencia a través de las redes sociales, por ejemplo, un crónico desdibujamiento de las fronteras entre lo público y lo privado?
Y bueno, si desaparece lo privado, desaparece lo público. Es una dialéctica; uno necesita del otro para definirse. Pero, es verdad; quizás ya «Málaga» se trate de una obra histórica. Quizás ya no sea más posible porque, en «Málaga», está esta imagen de lo privado y hoy podemos ver que todos intentan convertir lo público en privado lo antes posible. Reflexioné mucho sobre este gesto nostálgico de Facebook porque cuando uno saca una foto de sí mismo uno, de alguna forma, fotografía su propio pasado. Si me saco una foto ahora, en el momento en que lo envío, ya se trata de mi pasado. Por eso el fotografiar siempre es un gesto nostálgico. Hace dos días recibí una felicitación de Facebook, una felicitación porque somos amigos hace siete años. Me pregunto, ¿qué pasará con una sociedad que se queda constantemente atada a este gesto nostálgico y no en el futuro? No sé como es en Uruguay, pero en Europa hay una gran crisis del futuro, donde ya no se cree más que el futuro esté abierto y disponible para avanzar.
Además de ser escritor, usted es profesor en el Instituto Literario de Biel. ¿Cree usted que utiliza la elocuencia, didáctica y retórica que necesita para dicha labor en sus obras? ¿Tal vez al intentar transmitir cierto modelo de modus vivendi a través de ellas?
Lo que intento hacer despertar en mis clases es la percepción, lograr una percepción más aguda y la percepción de la propia conciencia. ¿Qué sucede cuando pensamos una palabra, cuando pensamos una frase? Y, ¿cómo puede ser que a partir de esta conciencia construyamos un sistema abstracto? Claro que eso tiene una relación con el escenario porque creo que la situación a la que se enfrenta el actor es que tiene un texto extraño frente a sí y debe procurar apropiarse de este texto. Lo importante es que el texto es como un personaje y la relación entre el texto y el actor es, en realidad, lo interesante. Creo, además, que la relación de un actor con el texto es la relación de cada persona con el lenguaje, porque no hablamos nuestra propia lengua o ¿qué es la lengua materna? Es la lengua de la madre, no la nuestra. Y si nosotros hablásemos nuestra propia lengua, cada uno para sí mismo, nadie nos entendería. Así que, de alguna forma, de hecho, nos encontramos con un texto extraño e intentamos apropiárnoslo y es exactamente la misma situación del actor. Por eso el teatro no es una forma de arte sino, más bien, una reacción a una experiencia existencial que también tenemos con la lengua.