
Los músicos del proyecto se juntaron a cenar, y sin grandes expectativas volvieron a frotar la lámpara y descubrir que el genio seguía aún dentro, masticando caramelos ácidos.
Por Carlos Dopico.
Durante la primera mitad de los 2000 en Uruguay la escena rockera local estuvo nutrida de distintos proyectos que respondían con vehemencia a una época de crisis económica y social. Dentro de aquel espectro musical lograba hacerse lugar una banda de sonido potente que se presentaba bajo un extraño nombre indígena, Guatusi y cuyo cantante, Raúl “el Pelado” González impactaba escénicamente al sostenerse en una sola pierna (había sido amputado a los once), con sus brazos y muletas abiertos cual alas salidas de una escena de Mad Max. Su recorrido artístico era también particular. Su primer álbum había resultado del registro en vivo de su presentación en la Carpa municipal, en un claro intento de capturar parte del fuego de su contundencia sonora desplegada en directo.
La génesis de aquel proyecto había comenzado en el 99, al regreso de González de su reclusión por dos años en una prisión de Medianeira, Brasil, dentro del estado de Paraná. Raúl había sido detenido con cocaína proveniente de Santa Cruz de la Sierras, mientras intentaba cruzar la frontera en Foz de Iguazú y su vida cambiaría de forma radical.


“Ya, ahora estoy sentado acá, caí en un mal casillero. / Voy a estar un turno sin tirar, ya sabia yo las reglas de este juego.
Mis enemigos no están, creo que nunca existieron. / Si alguien saboteó mi plan fui yo mismo y mi propio miedo.
Paraná, para qué me llamas otra vez?”, reza el pelado Raúl en “Paraná”, uno de temas emblemáticos de su repertorio, dejando bien en claro aquella mala jugada.
Una vez en Uruguay, Raúl comenzó a buscar de quiénes rodearse para poner música a los textos que había compuesto en cautiverio. El primero en responder fue el sanducero Paco Pintos, también bajista de La Triple Nelson, y de ahí en más rápidamente fuer conformando el proyecto. En 2003 hacen su debut oficial en el Centro Cultural “La Olla” de las Piedras y comienzan un circuito de boliches por la capital, hasta grabar un demo de cuatro temas que cerraba con “Japonés”.
“Se de una cosa que no sabes, / ya me fui, me alejé / de tanto humo, de tanto enrollar papel… estoy… Japonés, Japonés”.
La formación definitiva se produce en 2004 con la incorporación fundamental de Nikolás Anastasiadis en la guitarra. Así, junto a Diego Varela también en la viola, Santiago Juan en batería, Paco Pintos en bajo y Raúl en los vocales la banda graba sus dos trabajos hasta la fecha: Guatusi, de2006 (el disco en vivo del debut) y Sapo, de 2008, la confirmación de su fuerza escénica y sonora.



Sin embargo, dos años más tarde en 2010, la banda se disipó. No hubo ni despedida ni explicaciones de la disolución sino una simple implosión interna como tantas otras sufridas en proyectos de la escena local. Raúl intentó reactivar su vínculo musical varias veces, primero con los ex Bufón, los hermanos Méndez junto a Ismael Geribón (hoy integrante de AFC), tras el deceso del cantante y compositor Ossie Garbuyo (2009), y luego junto a su hija menor Carla, fagotista que junto a Juan Correa (su compañero) en bajo, Manolo Varela en guitarra y Diego Souza en batería armó el proyecto Una Ballena, pero nada de eso prosperó.
“Ambos intentos se diluyeron de manera natural sin que nada haya sucedido para eso… en fin… quizá lo particular de Guatusi es que a pasar de mucho sigue estando allí”, confiesa González.
Lo cierto, es que tras la pandemia, los distintos integrantes de Guatusi que comparten en paralelo otros emprendimientos musicales comenzaron a reunirse, y en una de esas instancias llegaron a escuchar incluso algunos demos del repertorio pensado para una tercera publicación. Pasó el tiempo hasta que dos años después, sin convocar aún a Raúl, la banda decidió reunirse —por primera vez en más de una década— dentro de una sala de ensayo para ver si aún la esencia estaba allí. “Parecía que nos habíamos tomado un fin de semana largo”, advirtió sorprendido Niko Anastasiadis. Una vez que constataron la magia, le mandaron un video a Raúl tocando uno de sus temas, con el texto de convocatoria: “Pelado, esto está pronto. ¡Subite!”

“El regreso de Guatusi en lo personal significa también el regreso a poder expresar. Fue un largo tiempo en donde todo lo escrito con el fin de ser cantado quedó encapsulado… Es el regreso al escenario, y a retomar una de las actividades que más me gusta junto a un grupo de personas con las que he compartido mucho, y al que la música me vuelve a vincular”, sentencia.
Por tanto, 15 años después de su última presentación, Guatusi volverá a presentarse en sociedad. Ya lo han hecho también otras bandas disueltas de la escena musical de aquellos años: Astroboy, Hereford, o La Abuela Coca recientemente en el marco del Cosquín Rock, por solo mencionar un puñado de estas. “La escena local siempre es rica y variada; nosotros somos una propuesta más. El mensaje de Guatusi fue siempre directo y positivo, apuntando siempre a que se puede salir adelante en cualquier situación y a pesar de lo que sea, la esperanza, la vida… volver a empezar… ¡Cada día nuevo es un milagro!”, afirma Raúl.
Sobre la posibilidad de retomar el repertorio en proceso antes de la separación, el Pelado respondió: “La verdad es que solo hemos pensado en este toque puntualmente, donde sí vamos a incluir un tema inédito de la época en que nos dedicábamos a componer el tercer disco… pero no proyéctanos nada aún. Fue un largo lapso sin tocar y queremos pasar bien este 14 de junio, sin pedir nada más ni nada menos”.
La cita será el próximo 14 de junio a las 21h puntual en Montevideo Music Box. Entradas anticipadas por Redtickets.